Veraneando En Zapallar Libro Completo Pdf Free [REPACK]
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2. Robustina.- Procopio...no me saques de mis casillas. Enlugarde agradecerme lo que hago por prestigiarnuestro nombre... porasegurar el porvenir denuestras hijas...por dartebrillo...Procopio.- Si...ya lo tengo en la tela de mistrajes.Robustina.- Intentas burlarte de m... Procopio vulgar,hom-bre intil.Procopio.- Mujer, no me insultes, si no quieresque...Robustina.- Infame. Abogado sin trabajo.Procopio.- (sinhacerle caso).-...Veraneando en Zapa-llar...Afortunadamente nomentimos porque, es-te ltimo patio de la casa ostenta unashermo-sas matas de esa sabrosa legumbre.Robustina-. Claro. Muyjusto. Muy natural. Qu habrandicho las amistades si hubieran sabidoque nosquedbamos en Santiago?...Procopio.- Eres insoportable,mujer, con tus pretensionesridculas. Tan bien que estara yo a estashoras,dndome un paseo por las piscinas...Robustina.- Atisbando alas lolas... a las baistas... Si teconozco, Procopio. Si s que eresun eternoenamorado.Procopio.- Exageras, mujer. Lo que hay es quesoy aficio-nado a la geometra, y estudio en el terreno lasrectas,las curvas, los catetos y las hipotenu-sas... 6 3. Robustina.-Pues, si quieres estudiar matemtica, no tienesms que encerrarte entu cuarto.Procopio.- Ay, la suspirada libertad! Y se dice que lasmu-jeres no mandan. Yo no s qu ms pretendenlas seoras con susteoras feministas.Robustina.- Nosotras somos las mrtires deldeber...Procopio.- Y nosotros los mrtires para pagar las cuentasdela modista, del lechero y de todo...Ah!, estavida es horrible,desesperante. (En alta voz ypasendose a grandes pasos) Cmoencontrarconsuelo, cmo hallar una esperanza, en dndebuscar amparo aesta crtica situacin...! ESCENA SEGUNDA Dichos, Amparo, Consuelo yEsperanza.Amparo (entrando).- Nos llamabas pap?Consuelo(entrando).- Aqu estamos...Esperanza (entrando).- Qudeseas?Procopio (primero extraado, y recordando despus).-Ah, deveras. Me olvidaba, hijas mas, que osllamis Amparo, Consuelo yEsperanza, aunqueprecisamente sois lo contrario de esosdulcesnombres.Amparo.- De qu conversabais?...7 4. Robustina.- De quha de ser, hijas mas? De nuestra si-tuacin: de que tu padre no cesade protestarpor el encierro voluntario a que nos hemos so-metidopara guardar las apariencias.Consuelo.- Es una situacinatroz...Esperanza.- Horrible.Consuelo (a don Procopio).- Cmo nolograste, pap,juntar dinero para salir a las playas?...Procopio.-Porque los juicios son pocos. Ya la gente no li-tiga como antes. Yase est convenciendo dela verdad de que ms vale un mal arreglo queunbuen pleito. Y porque finalmente todo os lohabis gastado vosotrasen trajes, zapatos, bai-les, etc...Amparo(escandalizada).- Has odo,mam?Robustina.- No le hagas caso. Por l ojal salierais voso-trascon trajes de percal, o sin trajes. Vuestropadre no sabe de lujo,ni de distincin (despre-ciativamente), Desciende de la familia delosRabadilla... mientras que yo soy noble y de an-tiguaestirpe...(con mucha dignidad y orgullo).Soy de losJa-ra-mi-llos... Entre mis antepasa-dos se encuentran un general yun obispo. Se-ra pedir peras al olmo, pedirle a tu padredistin-cin, chic..., savoir faire..., confort. No pertene-cer jamsa la lite...Procopio.- Quieres traerme el diccionario, Amparo, parairtraduciendo lo que me dice tu madre?...Es una 8 5. suerte que meinsulte en francs, porque as no me entero inmediatamente... ESCENATERCERA. Dichos y Luchito.Luchito (entrando).- Haydificultades?Procopio.- S, hijo mo tu madre...Robustina.-Tu padreera el que...Luchito.- En fin, la paz se ha restablecido. Mealegro.Procopio.- Estabas estudiando?Luchito.-S, pap. Ingls. Esdifcil, pero ya me va gus- tando.Procopio.- Muy bien. Es un ramotil. Sobre todo para en-tenderse con los gringos. T sabes quesiem-pre andan como nubes por todas partes...Robustina.-Y cmo andanlos repasos de geografa? Luchito.- Te dir. De la geografa no mepreocupo mu-cho, porque se est modificando constantemen-te.Consuelo(siguiendo la conversacin que ha mantenidocon sus hermanas en ungrupo aparte; en pri-mer trmino).- Qu ser de Carlos?...Amparo.-Y deErnesto?...9 6. Esperanza.- Es terrible no tener noticias denuestros no-vios.Consuelo.- De seguro que irn a Zapallar porvernos.Amparo.-Y al no encontrarnos, se pondrn a cortejar aotras?Esperanza.- Por Dios. No quiero figurrmelo.(Siguenconversando entre s, animadamente).Procopio(a Luchito).- Esuna vergenza. Reprobado en tres exmenes. Y en cada uno con tresnegras.Robustina.- Si hubiera sido con una solamente, habraspasadobien.Luchito.- Lo mismo digo yo. Mi ideal habra sido salir con unasola negra... (Aparte). Con una negra pca- ra: la Teresita que mequiere mucho... En fin, echaremos un vistazo a la ciudad.Treparemos al observatorio. (Trepa en la escala que est apoyada enel muro.) Caracoles. Qu es eso? Una humareda en la casavecina?...Procopio(temeroso).- Deja ver. (Sube a la escala.) Diosmo lo que faltaba: un incendio...Habr que ir poniendo en salvo losmuebles...Consuelo.- Ay, Dios mo!Esperanza.- Ampranos, Virgen delos afligidos.Luchito.- Qu situacin ms ridcula!Procopio(aLuchito).- Corre. Grita. Llama a las bombas. 10 7. Robustina.-No...No...Todos.- Eh?...Procopio.- Pero, mujer, qupretendes?Robustina.- Nada, que no podemos salir.(Imperiosamente)...Que no sale nadie.Procopio.- Pero, Ests loca,mujer?Robustina.- Nosotros no estamos aqu. Estamos en Zapa-llar,entiendes? Si la casa se quema, nosquemaremos en ella.Procopio.- Nome agrada la perspectiva...Amparo.-Pero, qu hacemos?Consuelo.- Hayque pensar algo.Esperanza.- Yo me siento mal.Luchito.- Yoprotesto.Robustina.- Chit...Ni una palabra. El ridculo seraespan-toso. A ver, Luchito. Sube al observatorio. Vesi cunde elincendio.Luchito.- No. El humo disminuye. Parece que el fuego hasido sofocado por los propios moradores.Consuelo.- Gracias, Diosmo!Procopio.- Respiro. 11 8. Amparo.- San Antonio Bendito ha hechoun milagro.Esperanza.- No. Ha sido San Expedito, santo que hacelascosas ligerito.Amparo.- Yo le hice una manda.Esperanza.- Y yotambin.Amparo.- Yo un paquete de velas para su altar.Esperanza.- Yyo otro.Amparo.- Bueno, papito. Danos la plata para comprarlasvelas.Procopio.- Pero, entonces, qu gracia tiene queustedeshagan la manda?Amparo.- Es que nosotros ponemos la intencin,pero tpones la plata...Procopio.- Lo de siempre: yo soy el eternopaga-dor...Bueno, nias. Ya se est oscureciendo yes conveniente queos dediquis a hacer vues-tras labores. (Se van Amparo, Consuelo yEs-peranza.) (A Luchito):T, estudiante reprobado,a pesar tuslibros. A ver cmo sales en marzo.(Se va Luchito.) (A su mujer): Tquerida Ro-bustina, a zurcirme los calcetines. En estostiempos nose pueden comprar nuevos... Y yo...me largo a la calle.Robustina.-Eh? 12 9. Procopio.- Claro, mujer. A comprar provisiones para eldade maana.Robustina.- De veras. Me olvidaba. Bueno. Puedessalir,pero vuelves luego.Procopio.- Ah, claro! Anda, treme elsombrero y el sobre-todo. (Se va Robustina.) ESCENA CUARTA Procopiosolo. Luego, Robustina.Procopio(solo).- Al fin. Voy a respiraraire, a estar un ra- to en libertad, lejos de la frula de estaReina del hogar. Comprar las provisiones de cos- tumbre, las dejarencargadas donde un amigo de confianza -en casa de Jerez-, enseguida ir a echar una modesta cana al aire y a beber unas copitascon unos buenos amigos que es- tn veraneando como yo. Este Jerez esmuy diablo. Anoche me facilit para los efectos de esta aventura unabarba postiza, con la cual podr andar tranquilo, sin que nadie mereco- nozca. (La saca del bolsillo y la examina.) Por cierto que nole he dicho ni una palabra a mi mujer de este disfraz. (Haceaspavientos y habla mientras oculta la barba en subolsillo.)Robustina (entrando y sorprendindolo).- Qu es eso?...Quests hablando solo? Qu signifi- can esos movimientos?Procopio.-Problemas, hija ma. Problemas...13 10. Robustina.- Ah!Procopio(despus de ponerse el sobretodo y el sombre-ro).- Bueno, mujer.Hasta luego.Robustina.- No tardes, eh?...Y muchadiscrecin.Procopio.- Pierde cuidado. Hasta luego, esposa ma.Ro-bustina...Robustina.- Vlgame, Dios. Lo que cuesta mantenerelprestigio de nuestra posicin social. ESCENA QUINTA. Robustina yAmparo.Amparo (entrando).- Y pap?... Robustina.- Sali ya, hijama.Amparo.- Qu contrariedad! Yo tena que hacerle unosencargosy...Robustina.- Los dejas para maana, entonces.No haymsremedio.Amparo.- Qu rabia me da no poder salir a la calle; pasaralcorreo, ver si hay cartas!...Robustina.- Carta de quin?Amparo.- Delas amigas, naturalmente. (Aparte.) Y si hayalguna del novio, tantomejor Qu ser de Er-nesto?... 14 11. Robustina.- Cmo Ernesto?... Noes tu novio Aga-men?...Amparo.- No es: era.Robustina.- Cmoas?...Explcate, porque yo francamen-te no me doy cuenta de estoscambios tan re-pentinos. Por lo dems eres poco expansivacon tumadre.Quin es ese Ernes-to?...Dnde lo conociste?...Amparo.- En casade los Gmez. T sabes que todos losmartes tienen sus reuniones.Pues...en una deellas fui presentada a l. Simpatizamos en elacto...Es un mozo muy guapo, viste muy bien,est empleado en un ministerio.En fin, es unexcelente partido. Yo no he querido decirte na-da,porque no tena seguridad de sus intencio-nes, ni si todo iba areducirse a simples conver-saciones, pero parece que Ernesto piensase-riamente.Robustina.- Me alegro mucho, hija ma. Pero Aga-men...Quir a decir Agamen?...Amparo.- Nada. Qu puede decir?... No me gustaesehombre. No tiene dnde caerse muerto. Esmuy antiptico. Y luego elnombre que lleva, tanlargo y tan feo: A-ga-me-nn. Hgame elfavor,mam, de no hablarme ms de l.Robustina.- Pero de todos modos,habra que darle algunaexplicacin.Amparo.- Ninguna, mam. Porque hasde saber tambinque a tu candidato Agamenn se le ha visto15 12.cortejando a la Rosa del Campo, a la Violeta del Valle, a la Hensiade los Ros, a la Margarita Montes, a la...Robustina(Interrumpindola).- Basta, hija ma. Se ve que ese individuo no esun hombre: es un picaflor. Es un pjaro de cuentas. Has hecho bienen darle calabazas.ESCENA SEXTADichos, Consuelo yEsperanza.Consuelo (entrando).- No, si quien las ha dado ha sidol.Robustina.- Cmo es eso?...Estabas escuchando? Esoes muyfeo.Esperanza (a Consuelo).- Faltas a la verdad. He sido yo la quelo ha despedido. No soy como t, que des- esperas porque noencuentras un novio a tu gusto. A m me sobran.Consuelo(irnicamente).- Las ganas.Robustina.- Pero, qu barbaridad. Pareceque los senti-mientos fraternales desaparecen al tratarse deestosasuntos.Esperanza.- Es que son muy delicados.Amparo.-Bueno. Basta.Ser como ustedes quieran. Pe- ro es el hecho que yo ser la primeraen con- 16 13. traer nupcias. Porque lo que eres t (refirin-dose aConsuelo) no te fes de tu cadetito.Consuelo.- Te daenvidia?...Amparo.- Lstima. Porque suponiendo que te fuerabienhasta la terminacin de sus estudio -lo que se-ra un milagro-,cuando ingresara al ejrcitohabra que pedir permiso para que sepudieracasar contigo. Son muchos trmites. Hay quegustarle a lospadres, a los hermanos, a los t-os, a todos los parientes, y todavahay quegustarle al gobierno. Es terrible.Robustina.- Podas aprenderde vuestra hermana menor.Tiene ms sentido prctico. Esperanza.- S,mam. Yo no deseo jvenes arrogantes,guapos, o con vistososuniformes. Prefiero unseor de edad.Amparo.- Qu horror!Consuelo.- Quatrocidad!Esperanza.- Un seor de edad, pero con dinero, que medlujo, que me d gusto en todos mis deseos, queme compre joyas,trajes y auto. No desesperoencontrarlo.Amparo.- Pero no te atrae elamor, la juventud, la simpa-ta que emanan de las miradas cariosas,laemocin que experimentamos al ver de impro-viso al seramado?...Esperanza.- S. Todo eso es muy lindo, muy encantador,muypotico. Pero no se encuentra fcilmente,17 14. y, sobre todo, anuestro alcance, un novio que sea al mismo tiempo joven rico, einteligente, y en la imposibilidad de encontrar las cosas al gustode una, opto por lo prctico, por un seor de edad que tengadinero.Consuelo.- Lo que desea sta (sealando a Esperanza) esquedarviuda, joven y con plata. Un partidoventajoso, como dicen loshombres.Robustina.- Bueno. Basta de charlas, y a descansar. Estunpoco fra la noche, y no conviene estar al se-reno. Fcilmente sepuede coger un resfro.Consuelo.- Est bien mam. Nos vamos. (se vantodas asus habitaciones.)ESCENA SPTIMA. Luchito, solo.(Saliendo enpuntillas de su habitacin, y con el sombrero en la mano, en actitudde salir.)-Nadie. No hay nadie afortunadamente. Lo que es yo meescurro con todo sigilo. Estoy harto de ingls, de matemticas y degeografa... (Se va sin hacer ruido.) 18 15. ESCENA OCTAVAAmparo,sola.(Entrando pensativa.) Amparo.--Qu ser de Ernesto? La ltima vezque lo vi, fue a la salida de misa...(Se oye ruido en el patio deuna de las casas vecinas.) (Alarmada): Quin podr ser si no haynadie all ahora? Habr entrado algn ladrn?...ESCENA NOVENA. Amparo yErnesto.Ernesto (asomando arriba del tejado, por la casa veci-na).- Soy yo, Ernesto.Amparo.-Cielos, qu placer! T aqu?...Pero, aqu se debe esta sorpresa? Qu vergenza me da al mismotiempo!Ernesto.- Amor mo, a Zapallar me dijiste que te ibas, y aZapallar fui. No estabas. Entonces dije: Esta- r en otroZapallar... Y, efectivamente, aqu te veo.Amparo.-Pero, cmo...cmohas sabido?Ernesto.- Por una casualidad. Vers. Rondaba frente a tucasa, imaginndome verte en los balcones, fresca como una rosa yencantadora como siempre, cuando con gran asombro mo veo sa- lirsigilosamente a tu hermano Luis; tate! me di- je. Aqu hay gatoencerrado. Y como toc la19 16. coincidencia que la casa vecinaestaba desocu-pada, aqu me tienes.Amparo.- Bueno, Ernesto; pero novaya a verte alguienen esa postura, con lo cual nos comprometer-as.Voy a abrirte la puerta de calle y conversa-remos unos pocosminutos con ms tranquili-dad.Ernesto(asustado).- Ay!Amparo.- Qu eseso?Ernesto.-Que me parece que tiembla...Amparo.- De veras. PorDios, bjate.Ernesto.- Hasta luego. (Ernesto desaparece tras eltejado).ESCENA DCIMAAmparo, Consuelo, Esperanza yRobustina.Consuelo (entrando).- Mam...mam. Esttemblando...Esperanza.- Dios mo, qu susto!Consuelo.-Amparo...Esperanza.- Lucho...Consuelo.- Salgamos a la calle. 20 17.Robustina.- No. A la calle, no. Por nada del mundo.Consuelo.- Yo mesiento mal.Esperanza.- Las piernas no me sostienen.Amparo.-Y pareceque sigue todava.Consuelo.- Con seguridad que va a venir otroremezn.Nunca viene uno solo.Esperanza.- Siempre me acuerdo delterremoto de...Consuelo (asustadsima).- No lo deca?...Otravez...ycon un ruido infernal.Amparo.-Corramos a la calle.Cosuelo.-Salgamos, s. (Llamando.)Lucho...Lucho...Esperanza.- Parece que noest. Habr salido?Robustina (imperativa).- Bajad la voz, y estaosquietas. Aprended de vuestra madre... (Aparte), que tampoco lastiene todas consigo.No veis?...Ya pas. (Pequea pausa.) Ea! Arecogeros, ni- as, que ya es hora de entregarse al reposo. Encuanto a ese insubordinado de Lucho...maana arreglaremoscuentas.Consuelo.- Cualquiera duerme tranquila.Esperanza.- Estavida es insufrible.Robustina.- Basta de rezongos. 21 18. Consuelo.-Cualquiera encuentra marido con esta situa-cin.Esperanza.- Nadiequiere casarse...Robustina.- Paciencia, hijas mas.Consuelo.- Buenasnoches, mamacita.Esperanza.- Que reposes bien.Robustina.- Lo mismodigo, hijitas. Hasta maana.(Se van primero Consuelo, Amparo yEsperanza por distin- tas puertas; luego, Robustina.) ESCENAUNDCIMA Amparo, sola.(Saliendo de su cuarto y entrando a escena depuntillas.)Amparo.--El pobre Ernesto debe estar esperndome. Voy aabrirle la puerta y charlaremos un mo- mento. En seguida vuelvo.ESCENA DUODCIMA.Amparo y Ernesto.Amparo.-Chit...Calladito. Quenadie se entere.Ernesto.- Nadie, alma de mi alma... (le declaracmica- mente su amor) 22 19.............................................................................Amparo.- Y cuentas ya con algo para nuestra boda?...Ernesto.-Cuento con la muerte de mi to y padrino Se- bastin, que, como notiene familia y me profe- sa un cario entraable, me instituir sunico heredero.Amparo.-Y tendremos que esperar que fallezca para verrealizados nuestros ideales?...Qu triste y fnebre es eso!Ernesto.-La vida es as (filosficamente). De la muerte nace la vida, en unaconstante renovacin... que sera largo explicarte...porque losminutos son preciosos. Me quieres mucho, verdad?Amparo.-Y me lopreguntas, ingrato? Te amo locamen- te. Pienso en ti a todas horas.Sueo contigo casi todas las noches.Ernesto.- Qu sueas?Dime.Amparo.-Sueo que yo estoy toda vestida de blanco, t de frac,correctsimo, y frente a nosotros...el sa- cerdote bendicindonos.Cincuenta automvi- les lo menos, esperando afuera en la calle lasalida de la concurrencia...Ernesto.- Yo sueo lo mismo, pero en unaparroquia humilde. (Aparte) As se gasta menos.Amparo.-Quocurrencia! Y, el qu dirn?Robustina (adentro).- Auxilio...Amparo... Consuelo... Es- peranza.23 20. Amparo.-Virgen santa. Quocurrir?... Escndete aqu. En seguida saldrs. Yo te avisar. Qu pasa-r?...(Ernesto se oculta entre las plantas). Ay, qu susto!ESCENADECIMOTERCERA.Amparo, Consuelo, Esperanza y Robustina.Consuelo(entrando).- Qu ocurre?Esperanza (entrando).- Qu pasa?Robustina(entrando rpidamente, con bata y gorro de dormir, presa de unverdadero pnico).- Hijas mas... algo terrible... No puedohablar...Amparo.-Pero, qu sucede? Explcate, por favor.Robustina(con palabras entrecortadas).- Sucede que hay ladrones...hayladrones en la casa.Consuelo.- Dios mo!Esperanza (asustadsima).-Huyamos.Robustina (prosiguiendo su relato).- Un bandido... barbudoy siniestro... quiso introducirse en mi dormitorio.Amparo.-Quhorror!Consuelo.- Y, dnde est?24 21. Robustina (desfallecida).- Nolo s, hijas mas. No he teni- do fuerzas sino para salir afuera parallamaros.Esperanza.- Llamemos a la polica.Robustina (sobreponindosea su propia turbacin).- No. Eso no. Sera para que el ridculo cayerasobre nosotras. Ustedes saben que no estamos aqu. Entienden?Estamos en Zapallar, de manera que si nos roban, debemos dejarnosrobar.Amparo.-Pero, mam...Consuelo.- Debemos hacer algo.Robustina.-Si hubiera un hombre a quien acudir...ESCENA DECIMOCUARTA. Dichos yErnesto.Ernesto (presentndose bruscamente, al or las ltimaspalabras).- A sus rdenes, seora.Consuelo.- Uy!, el ladrn... (corredesesperada).Esperanza.- Huyamos.(Consuelo y Esperanza se van,dando gritos.Doa Robustina cae desmayada en un silln.Ernesto nohalla qu hacer. Amparo est todaconfundida).Ernesto.- Pero, Amparoma qu ocurre? 25 22. Amparo.-(sobresaltada).- Ocurre que...hayladrones en casa, y no hallamos cmo expulsarlos. Esta- mos solas.Toca la casualidad que Lucho y pa- p salieron. Qu hacer?Ernesto.-Ante todo, serenidad...calma, yo lo prender. Amparo.-Gracias,Ernesto mo. Gracias.Robustina (volviendo en s).- Se fue el ladrnya?...Ernesto (respetuosamente).- Seora...Robustina (cayendonuevamente en el silln).- Por favor, no me mate usted.Ernesto.- No,seora. Si no pienso en matarla. Usted est equivocada. Yo soyErnesto, que amo a su hija Amparo, y he venido aqu a salvar a ustedy a los suyos de la audacia de los bandoleros.Robustina.- Esverdad, hija ma?...Amparo.- S, mamacita. Es mi novio.Robustina.-Oh, caballero! Cmo le podremos pagar estefavor? Busque usted alladrn y chelo fue-ra...sin que se entere la polica, sin que seente-re nadie. Ernesto.- Bien, seora. Acato sus rdenes. Voy apro-ceder a registro de las habitaciones. Mientrastanto, oclteseusted con Amparo y no salgahasta que yo la llame.Robustina.- Bueno.(Aparte.) Estoy ms muerta que viva. (Se van Amparo y Robustina.)2623. ESCENA DECIMOQUINTA.Ernesto, solo.Ernesto- Lo malo es que notraigo arma alguna. (Se re-gistra los bolsillos.) Y si el bandidolleva pu-al?... (Pausa) Ea!...nimo...resolucin. (Diri-gindose a unapuerta y retrocediendo.) Perono. No me atrevo... Qu falta me hacemi re-vlver! Hay que tener presente que est empe-ado...mi amorpropio, mi honor de caballero.Debo, pues, afrontar la situacin. Quhacer?La verdad es que yo, al salir de casa, no me fi-gur el lo enque iba a meterme. Pero, por ella,estoy dispuesto a todo. Morir porella como unpaladn de los tiempos heroicos. (Transicin). Elescndaloque voy a formar si el ladrn preten-de atacarme, no va a ser paracontarlo. La ver-dad es que tengo miedo de penetrar enlashabitaciones. Yo preferira esperarlo aqu, en elpatio. Aqu hay mscancha, ms campo para lalucha...y para huir en caso necesario. Perono.Huir no. Qu dira mi Amparo?... Debo mos-trarme ante sus ojoscomo un valiente. Venga,pues, como revlver improvisado: la llave demicasa. Con ella apuntar al bandido, si se atreveapresentarse.ESCENA DECIMOSEXTA. Ernesto y Amparo.Amparo.- Loencontraste, Ernesto?27 24. Ernesto.- No. Todava no; pero estoybuscndolo... Debe estar escondido, sabes? Posiblemente me ha vistoy ha dicho para s: voy a tener que habr- melas con un hombre... stano es conmigo... Y se ha ocultado.ESCENA DCIMOSPTIMA Dichos yRobustina.Robustina (entrando).- Encontr usted al bandidoya?Ernesto.- Todava no, seora, pero estoy buscndolo. Debe haberseescondido, posiblemente debajo de las camas, porque no se apuestoal alcance de mi vista.Robustina.- Bsquelo pronto, seor, para salirde esta si-tuacin angustiosa.Amparo.-S Ernesto mo, bscalo, pero noarriesgues tu vida. T sabes que ella me pertenece.Ernesto.- Voy,amada ma voy. (Con un gesto heroico.) Empiezo a registrar lashabitaciones... (aparte) y empiezo a sentir un temblor de piernasque no puede sostenerme. (Entra por una puerta late-ral.)Amparo.-Tranquilzate, mam, por Dios. Ya ves. Ahora no estamossolas. Tenemos quin nos defien- da. Y Ernesto es un valiente, nocabe duda.Robustina (asustada).- Escndete, hija ma. Escndete. 2825. Amparo.-Qu hay?...Robustina.- El bandido... ves?... Elbandido... el hombrebarbudo (se refiere a Procopio, que entrapen-sativo a escena, sin verlas).Amparo(corriendo a ocultarse consu madre en el cos- turero).- Virgen santa! ESCENADCIMOCTAVAProcopio, solo. Luego, Ernesto.Procopio(entrando; traepuesta la barba postiza, el cuello del sobretodo levantado, llenode tierra; en una palabra, est inconocible. Viene bastante bebi-do.) -Yo no s qu le ha dado a mi mujer... por huir de m. El hechode que yo haya tomado unas copitas... no es motivo suficiente paraque huya as. La verdad es que beb mucho. Cosas de Jerez... que meretuvo en su casa ms de lo que yo pensaba.Ernesto (entrando).-Caracoles!...aquest el la- drn...(Dirigindose a Procopio.)Miserable... (Apuntndole con la llave.) Salga usted afuera... o, delo contrario, hago fuego...Procopio.- Pero, hombre, quin es usted?Por qu estaqu?...Ernesto.- Eso es lo que yo le pregunto a usted...so ban- dolero... Y no se acerque ms...porque dispa- ro...29 26.Procopio.- Habrase visto.Ernesto.- Salga de esta casainmediatamente.Procopio(aparte).- Pero... estoy soando?... O mehabr equivocado de casa?... Como veo medio turbio. Pero no. Por elzapallar la reconozco.Ernesto (aparte).- Vacila, tal vez, entrefugarse o ata- carme. Ir a sacar sus armas?Procopio(bruscamente).-Caballero..., tendr usted que explicarme cmo se encuentraaqu.Ernesto (retrocediendo).- No tengo que explicarle nada. Salgausted a la calle... ESCENA DCIMONOVENADichos, Consuelo, Esperanza yun carabinero.Luego, Amparo y Robustina.Consuelo (entrando).- Poraqu...Esperanza (entrando).- Pase usted.Carabinero (entrando).-Dnde est el ladrn?...Procopio(sealando a Ernesto).- Ah...Ernesto(sealando a Procopio).- Este es...Carabinero.-En qu quedamos? A culme llevo pre-so?... 30 27. Consuelo (en la duda).- Llvese a losdos.Amparo(entrando).- No. Eso no. Carabinero, el ladrn es esehombre barbudo. Verdad, mam?Robustina (que ha entrado con Amparo).-S, carabinero. Ese hombre es el que quiso introducirse en micuarto.Procopio.- Naturalmente.Carabinero.- Entonces haycircunstancias agravantes:robo nocturno, con premeditacin yalevosa.Procopio(aparte).- Pero es que estoy soando?...No, la culpala tiene Jerez que me hizo tomar tanto.Ernesto.-Concluyamos.Robustina.-S, squelo usted fuera (aparte alcarabine-ro) y djelo en libertad. No queremos que sepaseparte.Carabinero (aparte).- Este es un lo.Procopio(a Robustina).-Bueno. Dejmonos de bromas y vamos a acostarnos,hijita.Robustina.-Otra vez?Ernesto.- Yo lo mato. (Apunta con lallave.)Amparo(interponindose).- No. No lo mates. Por favor, Ernestomo.31 28. Procopio.- Ah! Con que Ernesto mo eh? Muy bien,muybien.Robustina (aparte).- Esa voz...Carabinero.-Basta de escndalos.Vmonos para la comi-sara. (Toma a Procopio de un brazo)Ernesto.- S.Eso es.Procopio.- Pero, Robustina, permites que me llevenpre-so?...Consuelo (extraada).- Sabe su nombre...Procopio.- No meconoces? Soy tu marido.Robustina (dudosa).- Procopio?... Pero esabarba?Procopio.- De veras. No me la haba quitado. (Se la quita.)Hasido un olvido. Como tengo la cabeza tras-tornada...Robustina.-Erapostiza?Procopio(aparte a Robustina).- S. Me la puse para que no mereconocieran; para guardar el incgnito, por obedecerte.Ernesto(aparte).- Cmo explicar?... (Queda pensati- vo.)Procopio(aRobustina).- Y luego, hija ma, que la verdad se ha de decir: pes atomar unas copitas.Robustina.-Y el susto que me has dado? 32 29.Procopio.- Se pasar. Pasar. Como a m tambin se mepasar...laborrachera.Ernesto (aparte a Amparo).- Y qu hago yo en esta si-tuacin?Amparo(aparte a Ernesto).- Pedirle perdn, naturalmen- te, yen seguida pedirle mi mano. La ocasin la pintan calva.Ernesto(aparte para s).- No me queda otro recurso. (Arrodillndose.) Perdn,pap.Procopio.- Cmo es eso de perdn, pap?Ernesto.- S, seor. Yo amo asu hija locamente. Yo de- seo hacerla mi esposa, ante Dios y antelos hombres, con todos los requisitoslegales.Procopio(indignadsimo).- Sinvergenza. Y me quera asesinar yecharme a la calle? Carabinero, ll- veselo preso. (El carabinerointenta llevarse a Ernesto.)Amparo(interponindose).- No, eso no.Papacito lindo. Perdnalo. Si no nos perdonas..si no consien- tes ennuestra unin...moriremos...Robustina.- Perdnalos, Procopio... En loque solicitan, lle-van la penitencia.Procopio.- Pero, usted cuentacon algo?...Ernesto.- S, seor, cuento con... Bueno le dir. Yo soyde familia rica y, aparte de esto, estoy ocupado 33 30. en elministerio. Luego me van a ascender, tengo personas influyentes quepodrn conse- guirme un puesto de importancia, con una rentaapreciable, y nada nos faltar...Procopio.- Vaya vaya... Losperdonar. Qu hemos dehacerle! (Los abraza)Carabinero.-De manera queno hay ladrones ni hay na-da?...Ernesto.- S, los hay: (por Amparo)esta nia, que me ha robado el corazn.Procopio(refirindose aRobustina). Y esta mujer que me roba la libertad.Carabinero.-Bueno,dejarse de bromas, que no estoy paraplticas. Yo voy a pasar elparte...Robustina.-No. No. (A Procopio). Psale algo para queno d unescndalo. Es preciso que todos igno-ren lo que ha ocurridoaqu.Procopio(al carabinero).- Tome, joven... (le pasa dinero) paracigarros, y para un trago si a mano viene.Carabinero.-Se agradece.Buen dar con las cosas que pa-san.Robustina.- Bueno. Adis. Y muchosilencio. 34 31. ESCENA VIGSIMA. Dichos, menos elcarabinero.Procopio(dirigindose a Robustina).- Y ahora, hija ma,convendrs conmigo en que as no se puede vivir...Consuelo.- Pasamosen constante zozobra.Esperanza.- En perpetuaalarma.Amparo.-Incendio, temblores, ladrones... Es un martirioestar encerrada. Volvamos a Santiago mam. Es decir, ya que estamosen l, volvamos so- cialmente por medio de losperidicos.Robustina.-Bueno. Ya est. Qu ha de hacrsele! Acepto. (AConsuelo.) Escribe, hija ma. (Consuelo se sienta a la mesa, toma unblock y se dispone a escribir.) (Dictndole): Han regresado deZapallar el eminente abo- gado don Procopio Rabadilla, sudistinguida es- posa doa Robustina Jaramillo y sus encanta- dorashijas Amparo, Consuelo y Esperanza. 35 32. Armando Moock: Exitosodramaturgo chileno que naci en Santiago en 1894 y falleci en 1942en Buenos Aires, ciu- dad donde trabaj por casi dos dcadas. Sedestac por sus obras sobre la comedia burguesa y practic todas lascon- venciones de la poca. Entre sus escritos figuran: La ser-piente, El heredero, Del brazo y por la calle, Penitas de mu- jer,Los siticos, misericordia, La fiesta del corazn, Nata- cha, Era unmuchacho alegre..., M. Ferdinand Pontac, El castigo de amar,Cascabel, cascabelito, El mundo y yo no estamos de acuerdo,. Yo nosoy yo, Las amigas de Don Juan. Estoy solo y la quiero. UN CRIMENEN MI PUEBLO Comedia policial en un acto.PERSONAJES:DOA CUCHAROSAURA EL LECHUZA GERARDO PEALOZA CARABINERO FILIDOR CARABINEROPEA CHARO CHUECO MENA ADELA. DAMIN.La escena representa una piezade un hacendado en un pueblito del sur de Chile. Al fondo, a laizquierda, una ven- 36 33. tana que da a un patio. En el lateralizquierdo una puerta que da a la pesebrera. En lateral derecho, dospuertas, la l- tima da a la calle, y la primera, a habitacionesinteriores. Cuelgan en paredes algunos grabados en colores recorta-dos de revistas y representando escenas patriticas y dos anuncios,uno de ellos del salitre y el otro de una marca de mquinastrilladoras. Junto a la ventana una mesa escrito- rio, con susilln; algunas sillas dispersas por la habitacin, en un rincnherramientas, aperos de montar y un bracero con lumbre bajo lamesa. Son las ocho horas de una maana neblinosa de invierno. Elteatro est completamente a oscuras; antes de levantarse el telnsuena un tiro, y a poco se comienza a escuchar la voz de doaCucha.VOZ DE DOA CUCHA.- Socorro!! Socorro!! Auxilio!!!(se levantael teln y aparece en escena doaCucha, que desatinada grita porpuertas y ven-tanas la noticia).DOA CUCHA. .-Socorro!! Han matadoal patrn!!! Han matado a don Damin. Socorro!!! (En efec- to,recostado en el silln, con el sombrero de anchas alas puesto,aparece don Damin in- mvil. En un extremo de la mesa se aprecia unrevlver. Uno de los batientes de la ventana es- ta abierto y uncristal perforado por una bala). Misi Rosaura, socorro!!! DonGerardo!!! Soco- rro!...ROSAURA.- (Mujer joven, esposa de Damin,que entra a medio vestir, en babuchas). Qu ocurre doa Cucha?DOACUCHA. - (Mostrando al escritorio). El patrn, misiRosaura. 37 34.ROSAURA.--Dios mo!!! Damin!!!DOA CUCHA. -Lo han matado.. ah elvino.., por la venta-na.ROSAURA.-Quin? Dios mo!!! Pronto, Cucha...Unmdico ... Avisen al retn... Gerardo! (Va ala puerta a llamar).DOACUCHA.- S; en seguida! (Inicia el mutis en el mo- mento que entraEl Lechuza, uno de los mozos).EL LECHUZA - Qu le pasa,doa...?ROSAURA -Corre a llamar al Sargento Pealoza...DOA CUCHA. -.... y al dotor que han matado al pa-trn!...EL LECHUZA -Dios meampare! (Se persigna). al tiri-to! (Mutis elLechuza).ROSAURA.-Corre! Llame a la Adela, doa Cucha...DOA CUCHA -Est en misa...ROSAURA.-Vlgame Dios! Y cmo ha podido ser esto!Quin?(Yendo a la segunda puerta a laderecha). Gerardo! Gerardo!GERARDO.-(A medio vestir y arrebosado en un pon-cho). Qu pasa con Gerardo ycon tanta grite-ra? 38 35. ROSAURA.- Su pap... Damin!...GERARDO.-Qu le pasa al viejo?ROSAURA.- (Echndose a llorar). Que lo hanmatado, Damin! Mire!GERARDO.- Quin? Cundo?... Cmo?...ROSAURA.- Untiro... ah... (Tratando de acercarse). Ge-rardo! Hblame!GERARDO.-Agurdese! No lo ataque!... (Yendo juntoal cado). Oiga don...caallero... (Pausa). Escierto, no ms! Cay en suley!...ROSAURA.-Dios mo Gerardo! Qu desgracia! Pobre dem!DOACUCHA.-Por Diosito santo! Mi patrn! (Ambas mu- jeresgimen).GERARDO.- Geno, geno! Ta geno! Con griteros nose arreglanlas cosas... Que llamen a Pea- lo-za y al doctor...ROSAURA. - Yafue El Lechuza a avisar... Usted cree Ge-rardo que est muerto,Damin?... Damin!GERARDO.- Qu no oye que le igo que no lo ataque...ROSAURA.- Pero es que no es posible, Gerardo; sino hacia n quevino al escritorio...GERARDO.-A caa uno le llega su hora! Quin lovio prime- ro?... 39 36. DOA CUCHA. - Yo; Virgen Santsima; yo donGerar-do...GERARDO.- Y quin ju?DOA CUCHA.- No lo vide; no vide anaides ... Yo le haba estao cebando unos mates ....GERARDO.-Cebando unos mates! ... Estaba solo el caa-llero? ..DOA CUCHA.-iSolita su alma! Cuando ju pa la cocina a cebarle otro mate ycuando taba all, oy un tiro y el ruo del viro roto; pegu la carrerapac y lo vide queido sobre la mesa, mesmamente como est agora ...Virgen Santa de los Dolo- res!GERARDO.- Geno! Geno! Vaya palacocina! ... Y us-ted? (Con mucha sorna a Rosaura). ' Y ustedno sabequin ha sio? ... (Mutis doa Cucha).ROSAURA.- Yo, saber? Yo estabaen cama ... Pero si su-piera ...GERARDO.- En cama ... Ah! No sabenaa ... no ha vistonaa ...ROSAURA.- Nada! Es espantoso!GERARDO.-iTa geno! Ah! (Da vueltas alrededor de lamesa mirando de reojo aRosaura). En la camano? ...ROSAURA.-Qu me quiere decir? Hable!Diga! Qu?GERARDO.- Yo? qu el de icir yo?... Naa, mayor- men- 40 37.te!... Qu le parece a usted que quera icir?...ROSAURA - Y usted nooy el tiro?GERARDO.- No, pues! Es por eso que le pridunto si nosabequin mat al caallero, su finao esposo...ROSAURA - Gerardo!GERARDO.-Por m no se me ponga nerviosa...EL LECHUZA.- (Entrando). Aqu vieneel sargento Pealo-za...ROSAURA - Que pase...EL LECHUZA.- El dotorno est na en la casa.GERARDO. - (Yendo a recibir a Pealoza). Pasemi sargen-to...VOZ DEL SARGENTO PEALOZA.- Despjeme a toa lapalomill. (Entra).PEALOZA- Con que han matao a mi seor donDa-min...ROSAURA.- S; por eso lo mand llamar, sargento...PEALOZA .-(En la puerta). Carabinero Filior; plnteseme en esa puerta y no meeje entrar a naides ni pa entro ni pa juera! Me oye? Geno! Y alarabi- nero Pea que se estaque en el portn del co- che con sgna dedarle guaraca al que se des- acate. No dentra ni sale naides! (ElLechuza in- tenta irse). Alto! Pa onde vay vos? No estay oiendo queei dicho que de aqu no se menea41 38. naides?LECHUZA -Es que i...mi sargento, iba a buscar al dotor...PEALOZA.-Y qu esperai,boquiabierto, pa ir a trae lo?...LECHUZA.- Pall iba...PEALOZA -Calleuque y treime d un ala al dotor...LECHUZA. - Si, misargento... (Mutis corriendo)PEALOZA. - (En la puerta). ArabineroFilior; dle sali-da al faucioso... (Volviendo). Conque meafiambraron a mi seor don Damin!... Aj! Y cmo ju?GERARDO.- No losabemosPEALOZA.- Usted tampoco, doa ... ? (Pausa). Ta ge- no! No seme aflija doa, porque el que mat al finao se las va a tener que vercon el sargento Pealoza. M y oyen? Geno!GERARDO.-Parece por su tonoque nosotros furamoslos asesinosPEALOZA.- Pa m toos son asesinoshasta que no ten-go apernao al occiso. (Gran venia alcadver).Conque sentao! Quin lu encontr?ROSAURA- Doa Cuchafue..PEALOZA.- Vamos a emprencipiar por o prencipio.(Yendo a lapuerta). Arabinero Filior: chflele alarabinero Machuca pa que loreleve y se vienepac que vamos a hacer aparta y a parar rodeo 4239. ROSAURA.-Esto es terrible, sargento; si usted me permiteyo meretiro a mi cuartoPEALOZA.- Para too va a haber tiempo mi seoradoa...Asinte se aquROSAURA.- Es que yo.....GERARDO.- Yo tambinquisiera vestirme.PEALOZA.- Calleuque too el mundo! Aqu tallo yosolito yhablo yo: y ya saben que cuando el burro re-buzna los demscierran a java... (Entra el Ca-rabinero Filidor y se cuadra en lapuerta). iAra-binero Filior: firm.! jAh! Ah! Arreme a toos losqueencuentre en la casa sin distincin de seu-so ni ed.CARABINEROFILIDOR.- A la orden, mi sargento! (Mu-tis Fiidor por /aizquierda).PEALOZA.- Van a ver quin es Pealoza. Dy aqu yo sal-go paSantiago con el asesino y ascendio. O esque se creen que no hay msteutives que losingleses? Ah! A ver; a atocao alguien alde-junto?GERARDO.- Nadie!ROSAURA .- Yo me acerqu pero...GERARDO.-Tuve buen cuidado de indicarle que no tocaranada...PEALOZA -Usted?iTa geno! Con ust voy a tener un palabreo, ms rato...43 40.GERARDO- Cuando quiera!PEALOZA -No se me empale porque le pue ligard iavelCARABINERO FILIDOR.- (En la puerta). Aqu estn tooslos queencontr en la casa.PEALOZA.-Que dentren! (A indicacin de Filidorentran,doa Cucha y la Charo, una sirvientita). Amon-tnense aqu!Estos son todos?FILIDOR.- Toos, mi sargento.GERARDO- El Lechuza fuea buscar al...PEALOZA .- Ya s. Falta misi Adelita.CHARO.-Ju amisa.PEALOZA.-Conque a misa la nia! De moo y manera que... Vamos aproceder a reconstruccin... Arabinero Filior; cuirese en la puerta.Empren- cipiemos. (Llanto de Cucha). Eje la llantina pa espus.Atraque pac sin mieo. Icen que ju us- ted la que descubri elpastel...ROSAURA.- Doa Cucha me llam...PEALOZA.- Usted se calla.Que hable la veterana.DOA CUCHA.-Como toas las maanas el patrn mellam pra que le cebara mate...PEALOZA.- Taba la ventana abierta?DOACUCHA.- No me afij. 44 41. PEALOSA.- Malo pa usted. Siga...DOACUCHA.- Ay, Dios mo!PEALOZA - Ailante. No not na raro?DOA CUCHA.-Na. Le traje dos o tres mates...PEALOZA.- Taba solo l? No dentrnaiden?DOA CUCHA.- Solo. Creo que El Lechuza dentr.PEALOSA.- Que melo traigan! Ah! Ya lo agarrar!DOA CUCHA.- Yo no creo que haya siol...PEALOZA.- No le pridunto!DOA CUCHA- El patrn taba contandoplata...PEALOSA.- Contando plata? Onde est la plata?DOA CUCHA.- Yono s na, por Diosito!ROSAURA.- Hoy era el da de pago en elcampo...PEALOZA.-Aqu no encuentro ni cobre! Arabinero Filior,tomenota; falta la plata. Mvil: robo Ailante flo-ra!DOA CUCHA. -Me ju ala cocina a cebarle otro ma- te...PEALOZA.- Onde estaba El Lechuza?45 42. DOA CUCHA.- Ensillando los caallos pa dirse al campo con elpatrn...PEALOZA.- De moo que entre mate y mate... (Va a la ventanay seala). Ah estaba El Lechuza?DOA CUCHA.- El mesmo!PEALOZA.- Elvirio roto... el fiambre ac... Ailante!DOA CUCHA.-Taba con a teteraen la mano cuando son el tiro y la quebrazn: pegu la carrera pac yvide al patrn ah... (Rompe a llorar). No atin ms que agritar..PEALOZA.- Y el riglver, onde estaba?DOA CUCHA.- El riglver?El estara...PEALOZA - Lo vio o no lo vio?DOA CUCHA.- Lovide.PEALOZA.- Y no vio arrancar a naides?.DOA CUCHA.- Anaides.PEALOZA.- Al tirito vinieron toos?ROSAURA.- Yo sent lasvoces...PEALOZA.- Onde estaba usted?ROSAURA.- En la cama.PEALOZA.-En la camita, no? Y oy el tiro? 46 43. ROSAURA.- O pero no le diimportancia. Cuando me llamdoa Cucha salt de la cama y corr...luego vi-no Gerardo...PEALOZA.-(A Gerardo). Por qu demor tantocuandoera el varn, el que tena que llegar primero,ah?GERARDO.- Yoestaba durmiendo...PEALOZA.- La mona. La mona de anoche!GERARDO.-As ser!PEALOZA.-As es! Usted anoche en casa de las Garzasse perdial monte 78.00 pesos. A m no se meescuende naa...GERARDO.- Yqu?PEALOZA.-Y antier perdi 23.50 a la rayuela en la puertadelalmacn del turco...GERARDO.- Y qu?PEALOZA.-La rucia Elvira anda convestio y ojotas nue-vas...GERARDO.- Y qu?PEALOZA.- Qu d y onde sacataanta plata igo yo? Us-ted no hace n; el dejunto no era ngeneroso,y con usted no estaba nata e contento...ROSAURA.- Perosola darle sus pesos... por algo es 47 44. suhijo...PEALOZA,-Conque sola arle! Ah? Onde est la plata que estabacontando el dejunto? Onde?GERARDO.- No ir a suponer queyo...PEALOZA.- Yo no asupongo y ni no asupongo naa:pridunto youservo!GERARDO.- Averige, entonces.PEALOZA.- De quin es esteriglver?GERARDO.- Mo no es!DOA CUCHA- Ni del patrn tampocoera...PEALOZA.- Nu es del occiso? Ah!ROSAURA.- El revlver de Daminlo tengo yo escondido.PEALOZA.- Lo tiene usted escuendo?ROSAURA.-S. El pobre Damin era tan arrebatado de ge-nio que yo tuvemiedo...PEALOZA.- Ya las voy parando!...DOA CUCHA- Yo mesma leaconsej a la patrona que le escondiera el arma.PEALOZA.- Porqu?ROSAURA.-Porque hace unos das, y por segunda vez, tu- 48 45. vouna agarrada con el Chueco Mena porque se le haba perdo una vaca;se fueron de pala- bras, el Chueco lo amenaz y l tambin...PEALOZA.-Ay, hijuna! Y no empezaron por ah! ElChueco canalla lo amenaz.Ganas le tena yoa ese! Aqu me las va a pagar toas! Frentistaelcaallero! (Corre a la puerta) Arabinero Pea!Chflele al arabineroRojas pa que al tiro mebusque y me traiga, est onde est y andeon-de ande al Chueco Mena. S se desacata:miembrillo con l; y sijuye, le coloca las cincode la de reglamento. Al trote, march!VOZDE PEA.- !A la orden, mi sargento!PEALOZA.-(Volviendo) Tan seurosque l arma no esdel dejunto?TODOS A UNA.- Seguros!PEALOZA- .(Despusde mirar el revlver sobre la me-sa saca su pauelo). Lo voy aagarrar con elpauelo por si tiene los deos del criminal y paque nose despinten. Se lo voy a mandar a donWaldo pal eusamen... (Lohuele) Huele a tirofresco! (Lo abre) Falta un tiro... De quineseste rigolver? (Silencio).GERARDO.- Ser del Chueco digoyo?PEALOZA.- Y el arma del dejunto onde est, seora do-a?ROSAURA.-Enel fondo de mi bal, en la pieza. Quiereque lo vaya a traer? 49 46.CHARO.- Yo ir, misi Rosaura.PEALOZA.- No. Naides sale de aqu.Arabinero Filior:vaya a la pieza de la patrona y traiga elarma.FILIDOR.- A la orden, mi sargento. (Inicia elmutis).PEALOZA.-Arabinero Filior: el rigolver naa ms.. Guardeconlizquerda (Mutis Filidor). Y usted (a la Cha-ro). En vez de hacersetan la comedida serams mejor que no se anduviera a loscurola-chiando con el hijo de Demetrio.CHARO.- Yo?PEALOZA.-Usted pus,mi alma; la tengo bien cacheta!CHARO.- Gena cosa con mi sargentoPealoza, cual- quiera dira que yo lhubiera dispreciao.PEALOZA.-Silencio. Rispete a la autoridad!VOZ DE PEA.- SargentoPealoza!PEALOZA.- Huija!VOZ DE PEA.- El Lechuza a lavista.PEALOZA.- Que pase! (Entra el Lechuza). Onde est eldotor?ELLECHUZA- Icen en la casa, que se fue anoche pal jundoa cazarperdices.PEALOZA.- Viejo e moleera Lnica vez que se le prisen- 5047. ta la oportunidad de no matar a naides.. y meamuela! Y quehacimos ahora pa saber cmoha muerto el dejunto? Yo no le veo n elbuje-ro... A ver Lechuza, ndate de un salto...EL LECHUZA- Aonde misargento?PEALOZA- A falta del dotor., trete al jutredentista.GERARDO- Para la autopsia?PEALOZA.- iPa esomesmo!GERARDO.- Qu va a saber el dentista!PEALOZA.-Y usted qu sabeSe han visto casos peores!EL LECHUZA- Al tirito... (Inicia elmutis)PEALOZA.- Alto!EL LECHUZA.- Yo? Pa qu?PEALOZA.-Vos sos elnico que estuvo con el dejunto...Conocs este rigolver?EL LECHUZA.-Yo? Pa qu?PEALOZA.- Onde estabai cuando lo baliaron?EL LECHUZA.- Yono vide naa. Taba por ensillar pa ilmeal campo con elpatrn...PEALOZA.- A qu dentraste aqu?EL LECHUZA.- A traerle unacarta al patrn. 51 48. PEALOZA.- Una carta!, y nde est la carta?ELLECHUZA-Yo que s! La abri ilante e m y lndolahechaba lumbre por losojos y dijo...PEALOZA. - Qu ijo?EL LECHUZA. -Ijo...PEALOZA.- Quijo?EL LECHUZA.- Ijo... no s si debo...PEALOZA.- Debe!EL LECHUZA.-Ijo... no ment a naides... ijo...PEALOZA.- Vay a hablar?EL LECHUZA-ijo lo mesmo qiust dira si yo le tirare unapat!PEALOZA.- .Atrvete!EL LECHUZA.-Yo no!PEALOZA.- Ya las paro! Ya s lo que ijo!ELLECHUZA.- Y me larg sus genas tallas porque es-taba escuchando y memand ...PEALOZA.- ... Con razn ...EL LECHUZA.- Me mand a ensillar... 52 49. PEALOZA.- Trete al dentista pa I'aftosa.EL LECHUZA.- Si,mi sargento! (Mutis el Lechuza).PEALOZA.- Hay que buscar lacarta.VOZ DE PEA.- Sargento Pealoza!PEALOZA.- Huija!VOZ DE PEA.- ElLechuza a la vista!PEALOZA- iNo seai pesao y jalo salil!CARABINEROFILlDOR.- (Que entra). Aqu t el rigolvermi sargentoPealoza.PEALOZA.-Chs que sois baboso! Cundo vay aapriender? Noviste que yo lo agarr con elpauelo pa que no se borraran losdeos?CARABINERO FILIDOR.- No tengo n pauelo, mi sargen-to! (Pealozatoma con su pauelo el revolver ylo presenta). Riconocen losinculpaos el rigol-ver del faucioso? (Murmullos). Si o no?ROSAURA.-SPEALOZA.- Est intautol Los cinco tiros. Tamin se lo voy a mandar aon Waldol (Al dejar el revlver en la mesa se le queda el paueloenredado) Eja! Este rigolver tiene deos! VOZ DE PEA.- Mi sargentoPealoza!PEALOZA.- Huija!53 50. VOZ DE PEA.- Reo a la vista! Lo ejoo no lo ejo?PEALOZA.- Ejalo! iYa me estay sacando los chorosdelcanasto! Arabinero Filior: pseme las ma-nillas (las esposas) patenrselas listas al reo!CARABINERO FILlDOR.- A la orden, misargento! (Le dalas esposas. Pealoza va a la puertaderecha).PEALOZA.- Pase p'entro on Mena. (Entra el Chueco Me-na untipo mal encarado que mira de soslayo).CHUECO MENA.- Protestocontra el carabinero Rojas que me ha trado a rempujones. PEALOZA.-Sus razones habr teno!CHUECO MENA.- Quiero saber por qu se medetiene atrabiliariamente y sin ninguna orden.PEALOZA.- No galleetanto! Lo detengo yo que soy la autorid musima!CHUECO MENA. - Y porqu, se puede saber?PEALOZA.- Lo va a saber toto y al tiro! Mirepall!...CHUECO MENA.- Don Damin!PEALOZA.- El mesmo! Cach agora porqu lo de-tengo?CHUECO MENA.- Lo han matao! (Se quita elsombrero).PEALOZA.-Hay cargos gravsimos y concretos quihacen 54 51.suponer a la autorid musima, que soy yo,que usted, sabe msdialgo!CHUECO MENA.- Oiga, sargento Pealoza, asujete la len- gua yfjese en lo que ce porque le voy a aguantar bien repoco.PEALOZA-Amenaza y desacato. Ustedes han odo alreo?CHUECO MENA.- Reodijo?PEALOZA.- Reo ije hasta que no conteste a satisfau-cinmispriduntas.CHUECO MENA.- Y yo le igo, pa encomenzar, que no s n den, y queste es un abuso suyo porque me tiene pica.PEALOZA.- Hgaleun parao y calleuque! Pica le van atener al lindo! Aqu no estamos nen la can-cha e bolos!CHUECO MENA.- De qu miacusa, vamos aver?PEALOZA.- Onde estuvo toa a maana usted? Pri-snterne lacoartada! Ah? (Mira a todos comodiciendo. qu les parece elgolpe?)CHUECO MENA.- En mi casa.PEALOZA.- Prubelo! Y no andemos congeltas: seliacusa de haber matao al dejunto!...CHUECO MENA.- Yo?Canalla! (Se le va encima).55 52. CARABINERO FILIDOR.- Alto odisparo!CHUECO MENA.- Me tenis rabia porque te gan un partido derayuela...PEALOZA-. . .A la mala...CHUECO MENA.-. . .A lagena...PEALOZA-...A la mala.,..CHUECO MENA.- Era quem!PEALOZA.- Noera quem!CHUECO MENA.- S era quem!PEALOZA.- No era quem!CHUECOMENA.- S era quem!PEALOZA.- Silencio el reo! Se te acusa de haberame-nazao de muerte al occiso!CHUECO MENA.- El taminmiamenaz!PEALOZA.- Pero vos no estai n muerto y l s!...CHUECOMENA.- Y por eso...?PEALOZA.-Por eso! Vos tens fama e malo, ymatn...CHUECO MENA.- Porque no me ejo n atropellar...PEALOZA.-Porque andai amenazando. De quin es es-te riglver? 56 53. CHUECOMENA.- Suyo ser...PEALOZA.- Mo? Si no me decs altiro y proba concoar-tada onde estabai esta maana, y si no meprobai que no es tuyoel riglver, te pongo pul-seras y te meto al chucho...CHUECO MENA.-A m? Ya le el dicho que yo no s naa.PEALOZA.-(A todos). Este hombreamenaz o no ame-naz al finao?TODOS A UNA.- Lo amenaz!CHUECO MENA.-En un momento e rabia, pero yo no soy un asesino.PEALOZA.- Hastaagora no tens descargo.CHUECO MENA.- Yo estuve en mi casa.PEALOZA.-Quin te ha visto?CHUECO MENA.- Ese riglver no es, mo!PEALOZA.-Cmolo probai? Estay acusao, por toos...CHUECO MENA.- A vos te voy aensear maula... (Se le va encima).PEALOZA.-Asujtelo arabineroFilior! (Lo sujetan y le po-nen las esposas) Ya ligaste pulseras.Te va allegar al hueso!CHUECO MENA.- Y vos vas a ver quin es elChueco Me- 57 54. na!PEALOZA.- Psemelo incomunicao alcuartel...CHUECO MENA.- Usted no puede...PEALOZA.- Ya vis que pueo.Y se calla el faucioso. Cen-tinela de vista. Que no hable, que nise menee.Arabinero, Filior: pseselo al arabinero Pea, yque diai lopeloteen pal cuartel y a la primeraque haga le meten los cincotiros. Los cinco!CARABINERO FILIDOR.- A la orden, mi sargento! Paseelinsurgente! (Lo empuja. Mutis ambos).PEALOZA.- Vena juate! Y aver si te salva el Frente Po-pular! Frentista el gallo. A ver si mevolvs a gri-tar queml. Ahora si que creo que me voy paSantiagoascendo y con el reo...ROSAURA.- Entonces, ya podramosretirarnos...GERARDO.- Vestirnos, siquiera, porque...PEALOZA.- Quehaya un reo presuntivo no quiere icir quetoo est aclarao...VOZ DEPEA.- Sargento Pealoza!PEALOZA.- Huija!VOZ DE PEA.- Misi Adelita.La ejo o no la ejo en-tral?PEALOZA.- Ejala!DOA CUCHA.- Pobrepatroncita! 58 55. CHARO.- Pobrecita. La media pena!GERARDO.-Retirmonos, Rosaura.ROSAURA. - S...ADELA.- (Entrando. Velo demisa). Qu sucede? Qu ha ocurrido.PEALOZA.- Pase ailante. Aqutenimos al finao...ADELA.- (Corre donde l). Pap! Papacito!PEALOZA.-Lo han matao, pero no se le d naa por-queal mataor le va a llegaral hueso...ADELA.-Asesinado! Papacito mo! Canallas! (Mirando aRosaura y Gerardo. Todas las mujeres lloran y se lamentan).Asesinado, oye usted?ROSAURA.- Qu desgracia tan grande,Adela!PEALOZA.- No siaflija, no se le d naa.ADELA.- Asesinos! Yusted no sabe quin ha sido?ROSAURA. - Yo?ADELA.-(A Gerardo). T nosabes?GERARDO.- Yo? Adela!ADELA.-Yo s s quin ha sido!Miserables!ROSAURA.- Mide tus palabras, Adela! 59 56. ADELA.-Yo Sis, sargento, quin ha sido! Quines el infame!PEALOZA.- Ustedsabe?ADELA.- Yo s s! Yo los acuso; los acuso a todos!(Solloza).ROSAURA.- El odio que me tienes te hace decir...ADELA.-S!Te odio! Te odio! Maldita! T!...ROSAURA Y GERARDO.- Calla!ADELA.- AGerardo). Calla t, mal hijo! T, mala mujer!GERARDO.- Los nervios tehacen decir lo que no sa-bes, loque no piensas.ADELA.- Matar a mipadre! ustedes, ustedes han sido!PEALOZA.-La chuata!ADELA.- Yoquiero declarar, sargento... Yo quiero decirlotodo...DOA CUCHA.-Misi Adelita!ADELA.-T sabes Cucha que yo s...DOA CUCHA. - Calle,seorita...ADELA.- No!PEALOZA- Hable! 60 57. ROSAURA.-Clmate,Adela...Te engaas... Cmo creesque yo...GERARDO.- T te hasenloquecido!PEALOZA.-A callar too el mundo y hable misiAdelita.ADELA.- Sargento; hay un hombre! Esta mujer...ROSAURA.-Tucrees que he sido yo quien... se opuso a tumatrimonio con el hijode la Candelaria...ADELA.- Te opusiste, pero eso no meimporta...GERARDO.- Calla, Adela!ADELA.- Corrompido!Encubridor!GERARDO.- Adela!ROSAURA.- Dios mo!ADELA.- (Por Rosaura).Esa mujer tiene un hombre! Engaaba a pap!ROSAURA.- Mientes!ADELA.-S! Lo s, y Gerardo tambin lo saba!...GERARDO.- Te has vueltoloca!ROSAURA.- Quiero hablar, explicar!... Esto eshorrible!ADELA.-S! Que confiese! GERARDO.- Haga callar a mihermana, Pealoza. Delante 61 58. de los sirvientes.Atreverte...ADELA.-Me atrevo porque s!ROSAURA. - Ests engaada.DOACUCHA.- Misi Adelita!CHARO.-Patroncita!PEALOZA.-Custin de familia.Salgan ustedes pa juera.Arabinero Filior; centinela de vista a lassirvien-tas. (Salen las dos criadas).VOZ FILIDOR.- A la orden, misargento!.PEALOZA.- Ahora estamos en familia.ADELA.- Pregntele quines Juan de Dios Cruz. Que diga.ROSAURA.- S. Voy a decirlo. Voy adecirlo todo.GERARDO.- Ests engaada Adela.ADELA.-Pap sospechaba,sospech siempre de ti..ROSAURA.- Estaba celoso, lo s, por m culpa ysin mi cul-pa. Por su memoria lo juro; yo lo quise siempre,yo lorespet...ADELA.-Mientes!PEALOZA.- Desembuche con confianza. Digatodo lo quequiera; ya estoy cateando donde est la laucha.ADELA.-(Que se marcha llorando). Que hable ella, Yo 62 59. ya notengo nada ms que decir.PEALOZA.- Ya lo ha odo usted, mi seoradoa.GERARDO.- Es absurda esta situacin. (Mutis Adela).ROSAURA.- Espreferible aclararlo todo de una vez.PEALOZA.- S, es mucho ms mejorporque ya tengo ca-beza como olla e grillos.ROSAURA.- Gerardo,djeme hablar con el sargento.GERARDO.- Est bien; pero leaconsejo...PEALOZA.- Usted no aconseje naa. Y vyase pa juera ynosea intruso. Ah, y cuidadito con moverse delcuarto de allao.GERARDO.- Ya era hora de terminar esta pantomima.PEALOZA.-Arabinero Filior! Vigile que no se menee elfaucioso y no le aguanteninguna conversa.VOZ FILIDOR.- A la orden, mi sargento! (MutisGerardo).PEALOZA.- Ya nos habimos quedao solos mi seora do-aRosaura.ROSAURA.- Es una pena y una vergenza, sargento, loqueocurre; pero es necesario decir toda la ver-dad para despejar lasdudas.PEALOZA.- Ms mejor, porque ya estoy sospechado nos que cosa.63 60. ROSAURA.-Pero puede usted, creer que son slo aparien-ciaslas de mi complicidad. Adela me odia por-que me cas con su padresiendo yo una pobrecomo era.PEALOZA.-Segn tengo entendido, cuandousted contrajonuseas con el dejunto era muy guainita. Qued tena elveudo?ROSAURA.- Muchos aos ms que yo y es por eso que mimadre y yono pensbamos en este matrimonioy si no hubiera sido por lainsistencia de l ... ytambin, por qu no decirlo, porque le tomcariono me habra casado; y en mala hora lohice, porque mi vida ha sidoun infierno.PEALOZA.- Qu lstima, tan gena moza y ahoraveudita!ROSAURA.- Desde el da en que me cas, Gerardo y Adelahansido mis enemigos y me han hecho todaclase de miserias.PEALOZA.-Pero usted debi icrselo al finao.ROSAURA.- Para qu amargarle ms lavida a mi pobreviejo?PEALOZA.- Pero Gerardo parece ser muy amigosuyo.ROSAURA.- (Llorando). Bien s yo lo que me cuesta!PEALOZA.-Esbien re sinvergenza el gallo; pero qu eseso que me ijo misi Adela eJuan de Dios dela Cruz?ROSAURA.- Esta triste circunstancia por laque estoy pa- 64 61. sando, con gran vergenza me obliga a confe-sarle mi secreto: mi gran secreto.PEALOZA.- Hable con confianza,que yo soy hombre co- mo el que ms y la escucho como si juera elcu- ra.ROSAURA.- Le ruego que no me mire y que me escuche ycrea quele estoy confesando toda la verdad.Un par de aos antes de que mepretendieraDamin, yo estuve de novia con Juan de Dios...PEALOZA.-El gallo ese que est empleao ahora en elMolino?ROSAURA.- El mismo.Yo era una pobre muchacha, discre-ta en sus palabras; vivamos solascon mi ma-dre .... Usted comprender ... me enga ...PEALOZA.: El muycochino!ROSAURA.- Con el pretexto de negocios un da se fue paralacapital y no supe ms de l. Primero esper,luego sufr pensando en eldesengao, guar-dndome en secreto de mi desgracia, sinpoderconfirselo a nadie, ni siquiera a mi madre, quese habra muertode pena y de vergenza.PEALOZA.- Lo compriendo too.ROSAURA.- DonDamin empez a festejarme, a pesar dela diferencia de edad le tomcario porque eracomo un padre para m; al final, a pesar de queyo noquera aceptarlo, mi madre, que estabavieja y que tema dejarme sola,como muri alao despus de casarme, me aconsej que lo 65 62.aceptara...PEALOZA.- Hizo bien.ROSAURA.- Pero deb confesarle todala verdad de m pa-sado, la vergenza que pesaba sobre m. Mu-chasveces estuve tentada de hacerlo, pero notuve valor ni coraje; tenamiedo de perderlo ymiedo de causarle pena a l, que era tan bue-no;y ese fue mi delito que hasta ahora estoyexpiando. Mi pena ocultapor mi remordimientodespert los celos de Damin. Adela y Gerardomeperseguan y me vigilaban. Las habladurasde la aldea tal vez habanllegado a odos deellos. Un da, hace ya cerca del ao, Juan de laCruzvolvi; y olvidndose de mi condicin demujer casada, empez arondarme; lo rechacindignada, pero l, que no tena nada que per-der,con atrevimiento me cercaba. Complic ala Charo y me hizo llegarcartas que le devolv;entonces me amenaz... yo no saba a quinpedirleayuda. De la amenaza pas al atrevi-miento de insinuar que le iba adecir toda laverdad a Damin. No tuve ms remedio queaceptar hablarcon l. Fue una noche que Da-min andaba en el fundo; sal a hablarlecon laintencin de convencerlo del mal que me haca,con tan malasuerte que cuando estabahablando con l, Gerardo, medio borracho,vol-va a la casa; a pesar de que me escap, mealcanz a distinguir, ya la amenaza del otro vi-no la amenaza de l. Para que se callara hete-nido todo este tiempo que estar dndole plataque le sacaba conmentiras al pobre Damin...PEALOZA.- Ah est a madre del cordero; poreso quel ju- 66 63. tre se daa tan gena vida y gastabatanto.ROSAURA.- Y esto es todo, sargento; ya lo sabe usted, pe-royo le juro por la luz que me alumbra por mipobre viejo que est ahque yo no hice nadamalo.PEALOZA.- Pero entonces ha so el canalla deJuan de laCruz el que lo ha matao.ROSAURA.- No quiero creerlo,sargento.PEALOZA.- Al tirito lo vaya meter a la capacha:ROSAURA.-Si l hubiera sido, si hubiera sido capaz de lle-gar a la bellaquerade matrmelo y matrmeloa traicin, le juro que yo, yo misma, pormismanos lo vengar.(Rosaura lanza un grito y esporque en estemomento Damin, el que todoscrean difunto, se ha puesto de pi.Pealozada un salto que va a parar junto a la puerta)Damin!PEALOZA.-Qu es esto?ROSAURA.- Damin!DAMIAN.-EI mesmo, mi Rosaura!PELOZA.- Elfantasma!DAMIAN.-Acrcate, mi Rosaura, que no estoy naa muerto yahora lo s too. (A las voces de Rosaura y el sargento entran elcarabinero Filidor, Gerardo, Adela, doa Cucha y la Charo. La Charocruza la escena cubrindose el rostro y gritando. Do-67 64. a Cuchase pone de rodillas y se golpea el pecho. El Carabinero Filidor lehace los puntos con el revlver).PEALOZA- Arabinero Filior!CHARO.-Por Diosito santo, socorro!DOA CUCHA.- Dios me ampare! Santo Diosde los ejr- citos! Santo, santo, santo!GERARDO.- EI viejo!ADELA.-Pap!PEALOZA.- (Tartamudeando). Pero, qu payasaa es s-ta? Usted noest muerto?FILlDOR.- Disparo o no disparo?DAMIAN.- No dispareporque antes le pego unacachetada que lo siento!PEALOZA.- Pero cmoha sido esto? Usted est muertoy bien muerto. Si hasta el olor leestaba sin-tiendo!DAMIAN.- No sea bruto, sargento!PENALOZA.- A m nome brutee porque aqu ha habido desacato.ADELA.- No ests herido,pap?PEALOZA.- Silencio! Aqu no habla nadie ms que el di-junto, quenos va a explicar inmediatamente 68 65. que es lo que hapasao.DAMIAN.- Eso es lo que yo deseo. Explicar. Ya ha odousted,sargento cuanto le han dicho Rosaura.Esta maana, preocupado ymolesto con todolo que ocurra, me puse a revisar mi revlver...PEALOZA.- Entonces es suyo el riglver?DAMIAN.- Mo. Lo compr hacedos das para reemplazarel que escondi Rosaura. Se me escap un tiroycuando entr la Cucha se me ocurri fingirmemuerto.PEALOZA.- Demanera que payaseando conmigo? Nosabe usted, que yo soy la autoridmusima yque hace una hora que estoy buscando al cre-minal y sudandola gorda pa qu'el perla me pi-te?DAMIAN.- Disculpe, sargento; nofue esa mi intencin.Diga lo que usted quiera pero esta muerteapa-rente me ha servido de mucho Adela, pdeleperdn a Rosaura y yote pido que seas suamiga ...ADELA.- S t lo quieres, pap.ROSAURA.-Adela! (Se abrazan).DAMIAN.- (A Gerardo). Y usted, mocito estafadorysinvergenza ...GERARDO.- Oiga usted, que ...DAMIAN.- A callar!Ensille el tordillo y se va para el fundo 69 66. inmediatamente; yahablaremos ...GERARDO.- Es que yo ..,DAMIAN.-Fuera!PEALOZA.-Squemelo, arabinero Filior! (Mutis Ge-rardo).DAMIN.-Y usted, doaCucha pobre vieja, vaya para la cocina y perdone el susto que le hedado.DOA CUCHA.- (Haciendo mutis y llorando). Qu contenta estoy,patrn!.PEALOZA.- Y yo el redculo! Con qu cara salgo pa jue-raahora? Y qu hago con el Chueco Mena quelo tengo en la capacha? Quago con esa fie-ra?DAMIAN.-Yo lo acuso por cuatrero.PEALOZA-(Dndolela mano) A su amigo. Al tiro metoal cepo. Gena cosa, y yo quepensaba conesta investigacin salir pa Santiago ascendido!DAMIAN.-Alo mejor le hablo de usted, al Diputado.PEALOZA.- De veras? Conrazn Icen que los ijuntos seacuerdan de los vivos ... (Entracorriendo ElLechuza).LECHUZA.- Aqu viene el Dentista. (Al ver aDamin lanza un grito), nimas!,(Se desmaya).PEALOZA.-ArabineroFilior, lleve al aucidentado pa juera 70 67. y que el dentista lesaque las muelas pa que no pierda el viaje.ROSAURA.- MiDamin!ADELA.-Pap! (Damin las abraza).PEALOZA.- Entre mate y mate mepit el viejo!TELON 71 68. Daniel Barros Grez: Naci en Colchagua en1834 y falleci en 1904. Fue ingeniero, topgrafo y especializado enhidrulica, es- cribi algunos libros de esa especialidad. Tambin fuenovelista: Pipiolos y pelucones (1876), El hurfano (1881). Laacademia pol- tico-literaria (1890) (relatos, dilogos, poesa ydescripciones), Pri- meras aventuras del maravilloso perro Cuatroremos (1898). Ade- ms fue dramaturgo: El ensayo de la comedia(1889), Como en Santiago (1875). Su inters por el folclore, en elque fue pionero, qued plasmado en sendas recopilaciones de fbulas yde refra- nes.CADA OVEJA CON SU PAREJA PERSONAJES:DOABERNARDA,madre de Luca. DON CAYETANO, to de Alberto LUCIA , hija deBernarda. ALBERTO,sobrino de CayetanoLa accin ocurre en Santiago,en casa de Doa Bernar- da. El lugar de la escena es una piezaregularmente amo- blada, con una puerta en el fondo que da salidaal exterior, y otra al lado que comunica con el interior de lacasa.BERNARDA.- (Sentada cerca de la ventana, est ocupada en coserun vestido y canta una zamacueca) .El amor es un pleito,pero en suaudiencialas mujeres son partey ellas sentencian...72 69. y aunqueles ganen, condenados en costaslos hombres salen.(Concluye su cantocon un prolongado suspiro).Ayayay, penas, que para matar sonbue-nas!CAYETANO.- (En la puerta del fondo)Se puedeentrar?BERNARDA.- Quin es?CAYETANO.- (Entrando). Yo soy,seora.BERNARDA.-Ah! El seor don Cayetano. Usted poraqu!CAYETANO.-Yo, en cuerpo y alma, mi seora doa Ber-narda.BERNARDA. Oh, qu placer tan grande me da usted con su visita!(Se dan las manos). Sintese usted.CAYETANO.- (Sentndose). Para m escumplido, seora. S, gusto cumplido, porque tena unos espanto- sosdeseos de ver a ustedes. Y Luca?BERNARDA.- Mi hija est adentroLuego la ver usted.CAYETANO.-Tengo unas ganas horrorosas de hablarcon ella, y tambin con usted. Por esto me he to- mado la libertadde presentarme aqu sin haberle anunciado mi visita ...BERNARDA.-Nohaba para qu. Su visita no puede sino sernos muy agradable; y yadebe haber cono-73 70. cido que lo miramos como amigo deconfianza.CAYETANO.- Muchas gracias, seora. Lo mismo me pasa a mi.Desde que tuve el gusto de conocerlas, ahora dos meses en los baosde Cauquenes, no he dejado de acordarme de ustedes un soloda...BERNARDA.-Cunto agradezco sus cordiales recuerdos!CAYETANO.-Nitampoco una sola noche, porque le asegu- ro que en largas lasnoches en el campo! y ms todava, cuando uno se lo pasa solo con sual- ma, como yo me paso meses enteros en mi hacienda, sin hablar msque con mi sobrino Alberto, en aquella casa tan sola ysilenciosa...BERNARDA-Pero, por qu vive tan solo, seor don Caye-tano?CAYETANO- Eso mismo me he preguntado yo, hace pocos das,acordndome - como me acordaba a ca- da rato - de las alegres nochesque pas con ustedes en los baos. Ah, seora! ... Lo ase- guro quecasi me puse a llorar cuando tuve que irme a mi hacienda; y sobretodo cuando llegu a mi casa, a aquella casa sola, en donde nadie meesperaba, fuera de mi perro Barcino... Des- de entonces ni como, niduermo, ni respiro a gusto, en aquel casern, en donde sobra casa yfalta mujer, es decir, alegra y goce..BERNARDA.- Ah, seor donCayetano! Y por qu no se casa usted?CAYETANO.- Eso mismo me hepreguntado. Por qu no 74 71. me caso? Por qu he de seguirpermanecien- do soltern entre cuatro paredes? qu no bus- car unamujercita - me deca yo- para que ven- ga a alegrar esta tristeza aacompaar esta so- ledad, a enriquecer esta pobreza, a llenar estevaco, a alumbrar esta oscuridad, y para decirlo de una vez, acomponer todo lo que aqu est descompuesto, desde el que habla paraabajo?BERNANDA.- Ja, ja, jal Siempre alegre y gracioso!CAYETANO.-Noes verdad lo que digo? Ponga usted una mujer en un desierto y vercomo el desierto se convierte en paraso. La mesa se cubre de fritu-ras y golosinas; el apetito se compone, no le falta ningn botn alas camisas y no se siente calor en el verano ni fro invierno. Aleterno bu- llicio, sucede el bullicio de una multitud de chi-quillos que aparecen como por encanto, y que gritan, chillan,lloran, corren, saltan, y lo mano- sean todo, hurgan todo, y lorevuelven todo, no dejando estaca en pared.BERNARDA. - Ja, ja, ja!Qu cosa tan divertida!CAYETANO.-S, seora ma! Siento mucho el tiempoper- dido. Dgame usted, qu me aconseja?BERNARDA.-Casarse, pues,seor. No hay ms remedio que casarse .CAYETANO.- Pues a m se me haocurrido lo mismo; y por esto he venido a Santiago, de donde nopienso volver a mi tierra, sino llevando a una mujercita queprometa darme todas esas felicidades que he dicho.75 72. BERNARDA.-No dude usted que la encontrar, pues quien busca halla...CAYETANO.-S, seora, Dios mediante. Eso mismo fue lo que yo me dije al ponermeen camino para esta ciudad. Y como durante los dos ltimos meses nose ha separado de mi corazn la imagen de una nia que...BERNARDA.-Entonces ya ha encontrado usted lo quebusca?CAYETANO.- No, seora; lo ando buscando todava.BERNARDA.- Nodice usted que lleva ya en su corazn la imagen de ...CAYETANO.-S,es cierto que tengo aqu (se toca el cora- zn) la imagen de esa nia;pero, cree usted que con slo poseer la imagen habr de resul- tar enmi casa esa encantadora bulla de chiqui- llos de que le acabo dehablar?BERNARDA.- Claro es que no ... Ja, ja, ja!CAYETANO.- Seconoce que usted lo entiende; y bien echar de ver que yo no soyhombre capaz de contentarme con imgenes, sino que he me- nesteralgo ms positivo.BERNARDA.-Entonces no hay mas que buscar esa nia ydecirle ...CAYETANO.-Yo haba pensado decir bien claro: "Seorita, yotengo el retrato de usted grabado aqu en mi corazn, y vengo adevolvrselo, a m no me 76 73. gusta poseer una cosa sin sentimientoexpreso de su dueo; pero como es imposible separar de mi corazn labellsima imagen de usted, me veo en la necesidad de entregarle elretrato, con mi corazn y todo". Qu le parece?BERNARDA.- Magnfico!Si ella estima en algo ese retrato, tratar de recuperarlo,admitiendo tambin el corazn que usted le da.CAYETANO.-Lo cree ustedas?BERNARDA.-Por supuesto! Yo hara lo mismo en sulugar.CAYETANO.-(Sobndose las manos con satisfaccin), De veras?Usted me vuelve el alma al cuerpo.BERNARDA.- No lo dude usted. Peroes el caso que esa nia se encontrar entonces con dos corazo- nes...CAYETANO.- As es ... Y yo me quedo sin ninguno ...BERNARDA.-Oh!, sera una injusticia, una crueldad in- audita, quitarle austed, una cosa que hace tan- ta falta, como es el corazn.CAYETANO-Dice muy bien. Para qu servira yo enton- ces?BERNARDA.- Ustedservira slo de estorbo y de tropezn en este mundo; puesto que, auncuando sea muy hbil, muy gallardo y muy rico, un hombre sin coraznno sirve para nada.CAYETANO.-Oh, seora! Desde que amo a esa ni juroque77 74. yo deseo servir para algo.BERNARDA.-Est muy puesto enrazn. Pero advierta que las mujeres somos muy justas, y no tenemosnada de crueles, sino cuando los hombres no nos aman. Porconsiguiente crea que esa nia le dar a usted en cambio su propiocorazn ...CAYETANO.- Est usted segura de lo que dice?BERNARDA.-Pues no he de estarlo? Para qu quiere ella dos corazones, cuandocon uno le basta para su gusto particular?CAYETANO.-Ah, cuntoganara yo en ese cambalache! Quiero decir, en ese cambio. Perdnemeusted seora, pues vame sucede creer que estoy en mi tierra, y se mesalen por la boca sin sentirlo, ciertas palabras que aqu en lacapital no se usan. Pero, qu quiere Usted? La cabra tira al monte;y yo no soy ms que m un pobre cam- pesino que habla as, "pata lallana" ...BERNARDA.- Con tal que un hombre de bien hable de modoque los dems entiendan, para que quiere ms?CAYETANO.-De eso s queme pico; y no me trocara por el mejor letrado en esto de hablarclaro y de ser hombre de bien a las derechas. No se decir bonitaspalabras; pero s s muy bien ser hom- bre de palabra.BERNARDA- Esoes lo que importa y lo que a mi entender le habr de gustar ms a lania. Y es bonita? 78 75. CAYETANO.-Que si es bonita? Vaya, condecirle que se parece a usted!BERNARDA.- iJa, ja, ja! iAh, donCayetano, don Cayetano! Y cmo afirma usted que no sabe decir boni-tas palabras? Se conoce que usted es embus- tero como todos loshombres!CAYETANO- Eso s que no, seora. Yo no miento ni vuelo vaatrs en lo que digo. Y repito que esa nia es tan linda comousted.BERNARDA.- La conozco yo por acaso?CAYETANO.- Muchsimo: yadems es muy amiga suya.BERNARDA.- Con que todo eso hay?CAYETANO.-S, mi querida amiga; y por esto he venido a rogarle a usted que seempee con ella para que admita mi corazn y me d, en cambio elsuyo.BERNARDA.-Prometo hacer por usted cuanto pueda hacerse por unbuen amigo. Ahora slo resta que usted me diga el nombre de lania.CAYETANO.-Oh!. .. En cuanto a su nombre. le aseguro que se mehace muy cuesta arriba decrselo .. se me hace nudo aqu entre loslabios.BERNARDA.- Sin embargo, es menester que usted me lodiga.CAYETANO.- As es la verdad; pero yo no s cmo decirle, miquerida amiga, que la persona cuya imagen79 76. llevo aqu en micorazn es su hija de ustedque ..BERNARDA.- iAh!,Luca?CAYETANO.-Estoy rabioso por hacerla duea absoluta de todocuanto me pertenece y madre de todos esos chiquillos de que leacabo de hablar. Esto es lo que yo quisiera decir a usted conpalabras ms bonitas, pero ..BERNARDA.- Sus palabras no pueden sermejores, amigo mo.CAYETANO.- Espero humildemente susentencia.BERNARDA.- Esa sentencia la pronunciar lainteresada.CAYETANO.- V usted?BERNARDA.- Yo le prometo servirle deabogado ante ella. Cuente usted con mi entera voluntad.CAYETANO.-Un milln de gracias, mi querida amiga! (Le sacude la mano conenerga). Apriete usted! Apriete usted firme. A m me gusta sacudirfuer- te cuando quiero a las personas: Yo soy as. .. Nunca hepodido ser hombre a medias ... Aho- ra me retiro, para volver bienpronto a saber la contestacin de Luca. (Se dirige a la salida).BERNARDA.- (Aparte). Por qu no he de decirle yo tam- bin lo quepasa en mi corazn? (A Cayeta- no).Oiga usted, amigo mo. VA tambintengo que decirle algo .. 80 77. CAYETANO.-Es cosa en y que yopueda servirla?BERNARDA - S, seor, y mucho.CAYETANO.-Pues,entonces, disponga usted de m.BERNARDA.- Va vaya! ... No me atrevo... Despus se lo dir maana ...CAYETANO.- Quin ha visto a maana,seora? Hable usted.BERNARDA. - Es que me pasa una cosa que...CAYETANO.-Dgamelo con entera confianza. brame ese pecho confranqueza y ver si yo s servir a los amigos! Pe- ro usted se hapuesto colorada ... Ah, ya di en el clavo. Apuesto que su asunto esde amor, como el mo?BERNARDA.- No puedo negarlo.CAYETANO.-Pues,entonces, hable usted! Dgame en qu puedo serie til ... Ama porcasualidad a algu- no de mis amigos?BERNARDA.- Ha acertado usted.Hay un joven que desde que lo conoc me cay en gracia; pero ya veusted, soy una mujer ... y no me atrever a . manifestarle el amorque le profeso, sino des- pus que usted lo haya sondeado...CAYETANO.- Quin es?BERNARDA:- Jura guardarme el secreto en casode ... ?CAYETANO.- No tenga usted cuidado alguno. No ha o-81 78. dodecir que el hombre sabe guardar los secre- tos ajenos, y la mujerlos propios?BERNARDA.- Pero jura usted que? ...CAYETANO.- Nonecesito jurarlo, mi buena amiga ... Bas- ta que le d mi palabra, ala cual no he faltado jams, en mi vida. As pues, haga pecho an-cho: dgame ese nombre, y crea que su secreto cae en m como piedraen pozo.BERNARDA.- Pues bien ... la persona que yo amo es ... susobrino. (Se cubre la cara con las manos).CAYETANO- Mi sobrino! Ytema usted decrmelo?BERNARDA. - Una mujer teme siempre:..CAYETANO.- Pero no una mujer como usted ... Est segura de que misobrino no la rechazar ...BERNARDA. - Pero, de todos modos, esperoque usted no le hablar claro, antes de sondearlo ...CAYETANO.-Perosi no necesito de sonda para ver claro en el interior de m sobrino'Ya usted lo conoci en los baos.BERNARDA.- Y me pareci muybien.CAYETANO.- Es un Juan de Buena Alma .BERNARDA.- As es como yolo quiero.CAYETANO.- Trabajador, eso s; activo, constante ... 8279. BERNARDA.- Con tal que lo sea en el amor ...CAYETANO.- Debeserlo, puesto que por sus venas corre sangre que tambin es ma; perole aseguro que yo no s si ha tenido inclinacin a mujer alguna...BERNARDA.- Tanto mejor! As es como a m me gusta!CAYETANO.- Apesar de lo que le digo tal vez podra afir- mar ...BERNARDA. - Qucosa?CAYTANO.- Que Alberto tiene algo entre pecho y espal- da ...Ahora no ms caigo en ello. S, eso es! Todo este ltimo tiempo haestado taciturno y poco comunicativo conmigo.BERNARDA.- Si estarenamorado!CAYETANO.- Eso es, usted ha dado en el clavo! Qu memoriala ma! No me acordaba de lo que le haba odo decir repetidas veces aeste mucha- cho, como yo no tena lugar sino para pensar en Luca...BERNARDA.- Pero, qu es lo que usted le ha odo decir?CAYETANO.-Siempre bien de usted, seora ..BERNARDA.- Ah!, de m?CAYETANO.-Desde que nos separamos de los baos, no ha cesado este muchacho deacordarse de us- tedes. A cada momento me alababa la bondad,83 80.la dulzura y la gallarda de misi Bernardita.BERNARDA.-Ah!CAYETANO.-Y cuando yo le hablaba de la belleza de Lu- ca, l secallaba, o bien me contradeca, mani- festndome cunto era lo queusted exceda en belleza a bizarra a su propia hija ...BERNARDA.- Qudice usted?CAYETANO.-Lo que oye. Y como yo vea que Alberto tenarazn en encontrarla a usted hermosa ...BERNARDA.- Oh, no digaeso!CAYETANO.- Dispense usted. Me he equivocado. Ya de- biera haberdicho hermossima. S, seora; no hay duda, y slo ahora caigo en queeste mu- chacho, si est enamorado de alguien, es de usted ...Adems, voy a darle otro dato: Un da lo pill en su cuartoescribiendo una carta a puerta con llave ... igame usted ... Tenalos ojos como si hubiera llorado ... Ya trat de co- nocer aquelnegocio, pero l jams quiso des- cubrirme nada, y an rasg la talcarta en mi presencia, arrojando los pedazos de papel al brasero.La curiosidad me hizo volver despus a ver si poda encontrar algnfragmento en donde leer ... y los encontr ...BERNARDA. - Y qudecan?CAYETANO.- Los papeles se haban quemado y slo pu- de leer enlos pequeos trozos que quedaban, expresiones cortadas como estas:"infeliz de 84 81. m!". "Mi amor!". "Soy muy pobre!". "Nopuedosufrir este martirio". "La amo"BERNARDA.- Va quin iba dirigidaesa carta?CAYETANO.- Se haba quemado el principio, y slo en- contrun fragmento en donde deca.- "iAh, mi- si Bernardita!".BERNARDA.-Amigo mo, mi corazn no me engaaba EI me ama! ya tena elpresentimiento de mi felici- dad.CAYETANO.-Y yo, tonto de m, que nome haba acordado de esta circunstancia!BERNARDA.- Pues entonceshable con l y dgale. . CAYETANO.- Yo s lo que he de decirle ...Adis influya usted en el nimo de Luca.BERNARDA.- Mi hija essuya.CAYETANO.- Mi sobrino es de usted. (se va).BERNARDA.- Oh, qudicha! Qu dicha tan completa! Se casa mi hija ... y su madre a unmismo tiempo!LUCIA.-(Oyendo las ltimas palabras de doa Bernar-da).A un mismo tiempo? Qu quiere decireso mam?BERNARDA.-, Ah! Has odo,Luca?LUCIA.-S, mam; pero no s por qu cree usted que85 82. nos hemosde casar a un mismo tiempo.BERNARDA.- Te disgustara eso?LUCIA.-Deningn modo.BERNARDA.- Pues bien, sabes que las dos hemos en-contrado marido?LUCIA.-Ah, mamacita ma! Me alegro ... Y, qu clasedemaridos son ... esos que hemos encontra-do?BERNARDA.- Mira, el unoes un caballero, no viejo, sino as, as, de cierta edad; perogallardo, bien plantado, y, sobre todo, muy rico, muy bueno, muyamable, muy ..LUCIA.-(Aparte). Me habla primero de su novio, poresolo, alaba tanto. (A doa Bernarda). S, mam ymuy ...BERNARDA.- Muy... vaya! Muy buen mozo.LUCIA.-Y el otro?BERNARDA.- El otro es unjoven, que aun cuando no es rico ...LUCIA.-(Aparte). Este es el mo.(A su madre), S ma-m, no es rico, pero ...BERNARDA.- Pero esprotegido por el otro caballero; el cual es to del mozo...LUCIA.-Ah! Con que las dos vamos a quedar en la 86 83. mismafamilia?BERNARDA.- S, hija ma. La una se casara con el to y la otracon el sobrino.LUCIA.- Pero, despus de todo, an no me ha dicho us-ted cmo se llama, quiero decir, quines son ellos.BERNARDA.- Luegolos vas a ver, porque no tardarn en llegar. No quiero nombrrtelos,para sorpren- derte agradablemente; y slo te dir que t co- noces aluno y al otro ...LUCIA.- Los conozco yo? Ah! Quines sern enton-ces? (Se pone en actitud pensativa).BERNARDA.- No te devanes lossesos en balde. Luego vas a ver quienes son.LUCIA.- Ah, mam! Sonbuenos mozos?BERNARDA.- S, hijita. No haya cual irse de losdos.LUCIA.- Quines sern?BERNARDA.- El que te solicita me acaba dedecir que te adora ...LUCIA.- Ah, mam!BERNARDA.- Que te adora comoa un ngel.LUCIA.- Mi querida mam! Qu dicha tan grande debe ser esade ser adorada por un hombre! Pero, dgame, quin es l, mamacita?8784. BERNARDA.- Para principiar a quererlo?LUCIA.-No, no! Si ya loquiero, desde que s que lme adora.BERNARDA.- De veras? (Aparte).Estas muchachas de hoy, qu imaginacin tan exaltada tienen!LUCIA.-Ases, mam, y aun puedo decir que lo amo,desde mucho tiempoya.BERNARDA. - Cmo es eso?LUCIA.-Yo le explicar. Usted me ha dichoque siemprele hable con franqueza.BERNARDA.- As debe hacerla unabuena nia con su ma- dre, pues de la falta de franqueza pueden pro-venir mil desgracias que hacen llorar eterna- mente al pobre coraznde una mujer:LUCIA.-Ah! Ahora comprendo lo que me ha pasado,porqueyo tambin he llorado as.BERNARDA.- Qu dices?LUCIA.-Que yo conozcoese llanto del corazn Ah! Esun llanto doloroso, terrible; llantoque no tienelgrimas ni sollozos, y que slo tiene quejidos,suspirosy dolores.BERNARDA.- Pobre hija ma! T has sufrido de ese mo- do sinque yo lo supiera? Dime, quin te ha hecho padecer as? 88 85.LUCIA.-Nadie, mam, nadie ... O mejor dicho, es lquien me ha hechollorar con el corazn.BERNARDA.- El? Y quin es l?LUCIA.-Eso es loque iba a decir. Mire mam: ustedsabe cunto la he querido siempre.Cuandochiquilla yo no comprenda otra dicha que la devivir a sulado, estar con usted, verla cerca dem, orla hablar ...BERNARDA.-(Abrazndola). M Luca, cunto te quiero!LUCIA.-No me quiera tanto,mam, porque no he sidoenteramente buena con usted. Vayaconfesr-selo, para que Dios me lo perdone y ustedtambin,no?BERNARDA.- Habla, alma ma!LUCIA.-Es el caso que cuando dej deser chiquilla,sent que pasaba algo extrao aqu en mi inter-ior. Aveces me entristeca y lloraba, sin saberporqu. Pero era solamentecon ese llanto delos ojos, llanto dulcsimo, comparado con elotrodel corazn.BERNARDA.- Y por qu esa pena?LUCIA.-Porque me parecaestar sola aun en medio delas nias de mi edad. Antes no deseabamscompaa que la de usted. En cambio despus... me pareci que yoamaba con un nuevoamor a alguien que no vea en ninguna parte,aunquesiempre lo buscaba con los ojos en elpaseo, en el teatro, y hastaen la misma iglesia,89 86. cuando iba a misa ... Y al encontrarmesin na- die, sin l, enteramente sola, al cerciorarme de que noestaba en parte alguna el objeto de aquel ardiente amor que yosenta ... ay, ma- m de mi alma, entonces era cuando yo lloraba conese llanto del corazn! (Se echa en brazos de doaBernarda).BERNARDA.- (Abrazndola). Hija querida! No llores. De-secha esas negras ideas y algrate.LUCIA.- (Desprendindose de doaBernarda). No, mam, no, no lloro. Ya ve usted que estoy ale- gre... Todo eso ya pas ... S! He conseguido al fin sobreponerme yahora soy otra.BERNARDA.- Pues bien, no nos acordemos ms deeso.LUCIA.- S, mam; y si me he acordado ahora, es para decirle queyo no s por qu lo estoy viendo a l en esa persona.BERNARDA.-Cul?LUCIA.- Esa que me adora como un ngel ... Es impo- sible queusted me quiera casar con otro ... No, no! Usted no puedeentregarme en bra- zos de otro ... que no sea l! (Pronuncia estasltimas palabras en voz baja).BERNARDA.- S, hijita, quiero pensarahora en tu estable- cimiento. Djame sola.LUCIA.- Y usted? No me(deca que tambin ...BERNARDA.- Por ahora no quiero pensar ms que entu 90 87. matrimonio. Tengo fe en que casada con ese caballero vasa ser feliz. Djame sola y ve a distraerte un poco. Ah! Se me ocurreque ellos pueden comer con nosotras. Dile a la cocinera que tenemosdos convidados a la mesa.LUCIA.-Voy, mam. (Se va).BERNARDA.-Pobrehija ma! He pensado en casarme cuando deb pensar en establecerla aella.. Mi distraccin ha sido egosta y muy culpable. Pe- ro graciasa Dios, hoy veo que pueden quedar satisfechas a un tiempo misaspiraciones de mujer y de madre. Don Cayetano es un caballe- ro decualidades slidas y estoy segura de que har la felicidad de mi Luca... Cierto que l no es muy joven pero la quiere tanto! Que ella loame y mi dicha es completa ... Yo tratar de sondear su corazn ...Aqu viene.LUCIA.- Mam, ya estn dadas las rdenes necesarias paraesperar a las visitas.BERNARDA.- Bien, hija ma. Ahora, sintate ydime: te pa- rece que yo estoy muy vieja para casarme?LUCIA.- No,mamacita, no. A propsito de eso, quiere que le diga una cosa? Odecir que usted pare- ce as. .. como si fuera mi hermana.BERNARDA.-Ja, ja, ja! Y quin te ha dicho ese dispara- te?LUCIA.- Ahora no msme acuerdo de esto. Tiene us- ted presente a aquel caballero tanalegre que conocimos en los baos de Cauquenes? 91 88. BERNARDA.-Ah!, don Cayetano Troncoso? Y por qu te has acordado de l,ahora?LUCIA.-Porque l fue quien le dijo a una amiga ma queusted yyo parecamos hermanas.BERNARDA,- De veras? Eso quiere decir que donCaye- tano est muy viejo y corto de vista.LUCIA.-No lo crea, mam.Don Cayetano est muylejos de ser un viejo ...BERNARDA.- (Aparte)Bueno, bueno! (A Luca) Lo crees t as?LUCIA.-Pues, no he de creerlo?Qu caballero tanalegre, tan conversador y tan bueno!BERNARDA.-(Aparte). Bien marcha el negocio!LUCIA.-Lo duda usted? No seacuerda de cuntonos divertimos all con l?BERNARDA.- (Aparte).Bien!LUCIA.-En cuanto a m, le s decir que no sent los d-as quepasamos en los baos.BERNARDA.- (Aparte). Mejor que mejor!LUCIA.-Qudice usted?BERNARDA.- Que ... que he .pensado seriamente en esedoble matrimonio.LUCIA.- Pero, por el amor de Dios! Por qu no medice 92 89. usted quin es ese novio que me destina? Vaya ver si,acierto ... Es Jacinto Valverde? Juan Jos Contreras, o PedroHinojosa?BERNARDA.- Son muy pobres hija ma, y yo no quiero que miLuca sufra ..LUCIA.- Ni a m tampoco me gustara casarme con ellos,aunque fuesen ricos. Ser Antuco VilIa- franca?BERNARDA.- Es unpresumido insoportable. No sabe ms que vestirse bien, y poracomodarse el peinado y la corbata sera capaz de olvidarse queesta- ba casadoLUCIA.- Y Agustn Buscavida?BERNARDA.- Cuchito? No mehables de l! Ese no se casa con una mujer pobre y yo s que su sue-o dorado es desposarse con una a buena hacienda para irse atrabajar en el campo.LUCIA.- Ah! Entonces se casa por amor a laagricultura?BERNARDA.- As es. No me gusta ninguno de esos mo- zosque has nombrado, pues de ninguno de ellos sale un marido pasablesiquiera. Atinde- me, Luca: para encontrar la felicidad en el ma-trimonio, se necesita un marido de seso, de jui- cio y que sepa loque es mundo.LUCIA.- Si, mam; pero no vaya a fijarse, por Dios, endon Nicolasito Jorquera ...BERNARDA.- Por qu no te gustaNicolasito? Lo hallas 93 90. muy viejo?LUCIA.- No es por eso, mam,sino porque ... vaya! Soy capaz de perdonarle los aos a un preten-diente, pero no la tontera.BERNARDA.- Eres una nia de buen sentido,pues nada hay ms perdonable que los aos cuando van acompaados detalento, de rectitud y de cor- dura. Un hombre de buena edad, es delo nico que puede hacerse un marido en razn, pru- dente, discreto...LUCIA.- Entonces, mam, es un viejo el que ...BERNARDA.- No,hijita. Cmo te haba yo de querer unir con un viejo chocho? Eso sque no! Nuestros novios son dos mozos solteros, el uno con po- cosaos menos que el otro, pero ninguno de ellos es un viejo verde o unmozalbete destorni- llado e inconstante. En fin, Luca, pronto hemosde ver llegar a nuestros futuros y t me dirs si me he engaado en laeleccin.LUCIA .-Y dice usted que yo los conozco?BERNARDA.- S, hijama ... Y para que veas que no te engao, mralos, all estn!(Mostrando con el dedo a don Cayetano y a Alberto que aparecen enla puerta del fondo).LUCIA.- Ah, don Cayetano! (Aparte). Y tambinAlber- to! (A las recin llegados): Qu sorpresa tanagradable!CAYETANO.- (A Luca, mientras Alberto saluda especial- 9491. mente a doa Bernarda). La palabra agradable me agrada tanto ensu boca, como me sor- prende la palabra sorpresa, pues sta me indi-ca que su mam no le ha dicho a usted lo que ..BERNARDA.- Se lo hedicho todo, amigo mo .. pero, sin nombrar personas ... para ver quefecto haca la presencia de ustedes. (Se forman dos gru- pos uno deAlberto y Luca a la izquierda del espectador, y otro de donCayetano doa Ber- narda, a la derechas que hablan o afectan hablarsegn lo indica el dilogo).ALBERTO.- (Saludando aparte a Luca) Qufeliz soy con verte!LUCIA.- (Aparte a Alberto): Y yo! Mi mam noquera decirme, pero ya mi corazn te haba adivina- do.CAYETANO-Esdecir, que ninguno de los dos seremos condenados amuerte?BERNARDA.- Ya le digo a usted que esas palabras "agra- dablesorpresa" de Luca, se lo explicarn todo.CAYETANO.-Oh, las dulcespalabras de una mujer tienen . cierta magia para encantar nuestrocorazn!BERNARDA.- (Mirando a Alberto). Yo nada dije al ver a us-tedes, porque el placer no slo produce excla- maciones, sino tambinel silencio en nosotras las mujeres.ALBERTO. - (A doa Bernarda). Micorazn, seora, me di-95 92. ce en este momento que las ltimaspalabras de mi to son verdaderas.CAYETANO- (Aparte a doa Bernarda).No le deca a us- ted? Eso que usted ha dicho le ha llegado alcorazn.BERNARDA. - (Aparte a don Cayetano). Y le ha dicho l que meama?CAYETANO.- (Idem). Usted va a verlo.LUCIA.- (Aparte a Alberto).Y si me amabas de ese modo, por qu no me lo dijiste en losbaos?ALBERTO. - (Idem) No me atrev, alma ma!LUCIA.- (Idem). Sinembargo, bien pudiste entender las miradas de mis ojos, con las quea mi pesar yo te manifestaba mi cario.ALBERTO.- (Idem) Es que tema... Muchas veces te es- crib, pero luego rasgaba las cartas, porquenunca Poda expresarte en ellas mis sentimien- tos ... Un da, medioloco, le escrib una larga carta a tu mam, solicitando tu mano ...Mi to me encontr escribindola y la rasgu; pero l ley los pedazos yse hizo dueo de mi secre- to.LUCIA.- (Idem). Ahora. comprendo porqu te ha trado .ALBERTO.- (Idem). Me ha dicho que tu mam meacepta.LUCIA.- (Idem) Y pudo haber agregado que yo te ama- ba ...Cuando mam me hablaba, ahora poco, 96 93. de mi novio ... yopensaba en ti ... ella no que- ra decirme el nombre; y al mencionaryo a va- rios jvenes, para ver si aceptaba, te confesar que te tuveen los labios, pero no pude pronun- ciar esta linda palabra:Alberto.CAYETANO.-Ahora que he odo mi sentencia de sus labios, vayadecir dos palabras a Luca. (Se aproxima a ella).ALBERTO.-(Acercndose a doa Bernarda). Ah, seorade mi corazn, usted me haceel ms feliz delos hombres. Permtame besarle las manos, enprueba demi reconocimiento ...BERNARDA.- Ah! Slo es reconocimiento lo quemueve tu corazn, Alberto?ALBERTO.- No, seora! Es tambin el amor msgrande y puro que puede sentir un hombre. Jams haba tenido un datan feliz como ste ... En esta ca- sa me siento como si estuvieraen la ma, des- de que s que hay en ella un corazn que me ama...BERNARDA.- Y puedes estar seguro de ello.ALBERTO.- Gracias,seora ... Mi cario por usted se ha aumentado desde que estoy segurode mi amor y lo no s por qu ... Pero no! S lo s ... Com- prendo muybien por qu. En esta casa lo en- cuentro todo bellobellsimoCAYETANO.-Bravo sobrino. As me gusta .. Es preciso de- circlaro las cosas, sobre todo cuando son co- sas del corazn. (ALuca). Qu te parece, sobrinito? 97 94. LUCIA.- Muy bien, seor; y loquiero tanto ms, cuanto ms lo oigo atestiguarle su cario a mimamCAYETANO.-Se conoce que eres una buena hija: por con- siguientesers una buena esposa. (A Alberto, mostrndole con el dedo a Luca).Oye, sobrino mo, te encargo que me la quieras, que me la cuidesmucho.ALBERTO.-Jams me ha hecho usted, to querido, un encargo tandulce como ste.LUCIA.- (A Alberto). No, tambin te amenazo noquerer- te, si no quieres mucho a mi mamBERNARDA.- (Corre a abrazara Luca). Gracias, hija ma! (Hablando aparte con ella): Dime, qu lehas contestado?LUCIA - (Idem) Que lo amo como l me ama. Yusted?BERNARDA -. Yo le he significado lo mismo.LUCIA - (Idem).Pero dgame, le ha dicho l que la quiere?BERNARDA.- S, mi alma Yati, qu te ha dicho l?LUCIA.-(Idem). Que me adoraCAYETANO.-(Aparte aAlberto). Con que, sobrino mo, ya debes estar contento.ALBERTO.-(ldem). Contentsimo to. Ella me ama. 98 95. CAYETANO.-(Idem) Pueslo mismo me pasa a m. .. Con decirte que ella me acaba de jurar queha so- ado con nosotros en todo este ltimo tiempo!BERNARDA.-(Separndose de Luca y yendo hacia don Cayetano). Amigo mo! Soydoblemente feliz. Venga usted ac (Aparte a don Cayetano). Abraceusted a su madre!CAYETANO.- (Abrazndola). S, s! Me gusta la idea... Venga un abrazo bien apretado! (Aparte a do- a Bernarda). Lamuchacha me quiere como a la nia de mis ojos!BERNARDA.- (ldem). Y lme adora, amigo mo!LUCIA.- (Aparte a Alberto). Mira, Alberto, cuntoes lo que tu to quiere a mi mam.ALBERTO.- (Aparte a Luca). No tantocomo lo que yo te amo a t.LUCIA.- (A don Cayetano). Cuanto ms ameusted a mi mamacita, tanto ms lo querr yo.CAYETANO.-(A Luca).Pichoncita! Pues mira cmo le doy otro abrazo, para aumentar tuamor. (Abraza de nuevo a doa Bernarda).ALBERTO.- (Aparte a Luca).Ellos se abrazan. Por qu no hemos de seguir nosotros tambin esedulcsi- mo ejemplo?LUCIA.- (Aparte a Alberto). Dices bien, amormo!ALBERTO.- (Abrazando a Luca). Oh! Cunto te amo,99 96. querida demi alma!CAYETANO.- (Mirando de reojo a la pareja. Aparte). Ca-ramba con el sobrinito, que abraza de veras (A Alberto) Despacito,amigo despacito por las piedras ..ALBERTO.- To seora .. perdonenustedes .. yo ..CAYETANO.-Bueno es que le manifiestes tucordialidad, pero aqu -internos- ese abrazo ha sido algo exagerado... Te he dicho que me la quieras; pero que ello sea hasta ciertopunto ...LUCIA.- Hast 2b1af7f3a8